Rey del cachopo
Hoy ha tenido lugar la declaración de César Román por el crimen de Heidi Paz. El conocido como 'rey del cachopo' ha testificado ante el jurado popular que decidirá si es culpable o no de matar, descuartizar y hacer desaparecer parte del cuerpo de su expareja.
César Roman Viruete, conocido como el rey del cachopo, ha negado este martes que matara a su novia Heidi Paz. "Lo he dicho un millón de veces. No pude ni matarla ni besarla", ha enfatizado el acusado, que desde ayer se sienta en el banquillo de la Audiencia Provincial.
En una prolija declaración en respuesta a las preguntas de la Fiscalía, el acusado dijo que la última vez que tuvo contacto con la víctima fue a las 6 de la mañana del 5 de agosto de 2018, cuando Heidi Paz le llamó desde la madrileña plaza de Legazpi.
Pero ella, según su declaración, le llamó "y nada más". "Yo no la volví a ver, lo he dicho un millón de veces. No pude ni matarla ni besarla", ha insistido, tras volver asegurar que "es inocente".
Errores durante la investigación
Muy locuaz durante toda su declaración, César Román se ha referido en muchas ocasiones al sumario, que él mismo tiene encima de la mesa desde la que está declarando, y ha aludido a los "errores" que el considera tuvo la investigación de la muerte de Heide Paz.
Hasta el punto que, según él, hubo errores de base, como no citar en la instrucción al hombre que acompañaba a Heidi en la Plaza de Legazpi pasadas las cinco de la mañana de ese 3 de agosto, cuando se pierde el posicionamiento de su teléfono móvil.
15 años de prisión
La Fiscalía pide 15 años y cinco meses de prisión para César Román por homicidio y profanación de cadáver con las agravantes de parentesco y motivos de género, mientras que la acusación particular ejercida por la familia de Heidi pide 25 años por asesinato con alevosía y agravante de parentesco y género, más otro año por maltrato habitual. La acusación popular ejercida por la Comunidad de Madrid solicita 15 años de cárcel por homicidio con agravante por razón de género.
Las acusaciones coinciden en que el procesado, que en el momento del crimen tenía 45 años, mató y descuartizó a su pareja, de 25 años y origen hondureño, a principios de agosto de 2018 y trasladó el cadáver a una nave que tenía alquilada en Usera. Tras separar del tronco la cabeza y las extremidades hizo de desaparecer todo salvo el tronco y luego roció parte del cuerpo con sosa cáustica.
Las próximas jornadas estará centradas en los testimonios de policías, forenses, psicológos y facultativos del Instituto de Toxicología y de Criminalística.