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DANA

Retirar las cañas y fomentar el Bosque de Ribera para aminorar las Danas

Tras la DANA hay que replantearse, no sólo la reconstrucción de las infraestructuras, sino el replanteamiento completo del paisaje de las riberas y caudales de los ríos para lograr aminorar las futuras riadas.

Hemos visto imágenes impactantes de cómo las cañas bajaban por toneladas apelmazadas en las riadas, compactándose y taponando los puentes y los desaguaceros y siendo las responsables máximas de grandísimos desbordamientos. Han llegado incluso a playas como las de Cullera haciendo desaparecer por completo la arena y ocupando grandes dimensiones de la Albufera.

Se ha despertado el debate sobre si debieron ser cortadas o no, dado que sólo las Confederaciones Hidrográficas pueden decidir la gestión de los ríos y, desde luego en el caso de la DANA todos estaban repletos de cañas invasoras. Los agricultores se habían quejado una y otra vez de que no les permiten limpiar los ríos. Y tiene su lógica porque deben ser los expertos forestales los que lo hagan. ¿Por qué? Pues porque ingenieros forestales y ecologistas coinciden en que, ni todo se puede cortar ni todo se puede dejar crecer.

Chopos y Sauces: soldados contra las riadas

Los ecologistas en contra de "hormigonar" los caudales

Raúl de la Calle Santillana, Secretario General del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales, nos cuenta que las cañas que hemos visto en imágenes en esta DANA arrastradas con fuerza, son especies invasoras que deben extraerse, que existen planes para ello pero que no se ha invertido hasta ahora lo suficiente. La enseñanza de esta DANA apunta a que esta situación debe mejorar y dedicarse más recursos públicos. Erika González, Responsable del Departamento de Agua de Ecologistas en Acción, nos dice que hay que distinguir muy bien entre caña y carrizo. La caña es invasora, se quiebra y forma tapones y desbordamientos. En cambio el carrizo de los lechos es autóctono y se dobla aminorando la velocidad del agua pero sin romperse y sin formar así barreras naturales al agua.

En el nuevo replanteamiento de estas zonas inundables valencianas tanto ecologistas como gestores forestales coinciden en que será muy importante mantener y potenciar el Bosque de Ribera. Es el que crece en las orillas de los ríos, tanto masa arbórea como matorrales, y está formado por especies autóctonas como chopos o sauces, pero siempre varía según la zona de España donde se sitúe el río. En cualquier caso, son especies propias preparadas especialmente para fijar el suelo y absorber el agua. Nos cuenta Erika que es fundamental no arrancar ese Bosque de Ribera porque debilita la velocidad del agua, drena y fija el suelo evitando que masas de tierra se unan a los torrentes y se erosione la zona.

La caña, especie invasora, debe ser erradicada. El carrizo, autóctona, sujeta el suelo en caso de riada

Se necesita más inversión de las Confederaciones para gestionar la vegetación de los ríos.

Raúl nos indica que además ese tipo de vegetación delimita muy ben el caudal, es compacta y agarra el suelo y regula la circulación fluvial ayudando a debilitar las escorrentías. Coinciden por tanto Ingenieros Forestales y Ecologistas en lo cave y principal: erradicar especies invasoras y potenciar y gestionar las autóctonas. Los árboles y matorrales, como hemos visto en esta DANA, han salvado vidas, han sido el refugio para muchos y han parado muchos objetos que bajaban a velocidad por los ríos. Realizar una nueva y mejor gestión Forestal en un futuro sin duda salvará vidas en nuevas inundaciones que, desgraciadamente, las habrá.

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