CASI TRES AÑOS DESPUÉS DE SU MUERTE
Los restos mortales de los niños Ruth y José, asesinados en octubre de 2011 por su padre, José Bretón, en Córdoba, descansan en el cementerio municipal de San Bartolomé de la Torre (Huelva), donde han sido enterrados en una ceremonia íntima.
Antes del entierro, se ha celebrado un funeral en la parroquia de Santa Teresa de Jesús, en la barriada de La Orden de la capital onubense, una ceremonia a puerta cerrada a la que sólo han tenido acceso los vecinos de la zona y personas allegadas a la familia.
La madre de los niños, Ruth Ortiz, ha esperado en su interior hasta que ha llegado un único féretro blanco con los restos de los dos niños. El obispo de la Diócesis de Huelva, José Vilaplana, ha sido el encargado de presidir la ceremonia fúnebre, acompañado de otros cinco sacerdotes, en una iglesia que se ha llenado de gente.
La ceremonia en la iglesia la ha abierto, por su expreso deseo, Ruth Ortiz, que sólo ha podido expresar entre lágrimas lo "doloroso que es aceptar la muerte de los hijos" y decir que su consuelo es que confía en que "Dios tendría razones para que pasase esto".
En la homilía, el obispo onubense ha lamentado que se produzcan crímenes como el que ha provocado la muerte de los niños y ha señalado que "la crueldad humana puede matar el cuerpo pero no el alma". Tras unos 40 minutos de funeral, la madre de los niños ha abandonado la iglesia por una puerta trasera y una comitiva formada por 11 coches ha seguido al vehículo fúnebre hasta la localidad de San Bartolomé de la Torre, el pueblo natal de la madre Ruth Ortiz, a unos 35 kilómetros de la capital.
Los vecinos de la localidad han respetado el deseo de Ruth Ortiz de enterrar a sus hijos en la intimidad, y no han accedido a la zona del cementerio. El entierro de los restos de los niños ha puesto punto y final a un caso que se inició cuando el padre de los niños, José Bretón, denunció su desaparición el sábado 8 de octubre de 2011. Finalmente, José Bretón fue condenado por el doble asesinato de sus hijos a 40 años de prisión.