Vino
El Hotel Atrio, en Cáceres, sufrió un robo en la madrugada del pasado martes; un hombre y una mujer fueron los presuntos autores del suceso, que ha tenido lugar en una de las mejores bodegas mundiales de vinos.
Cuando Atresmedia creó la serie de televisión de La casa de papel, veíamos un robo inédito que pretendía lograr una masiva cantidad de dinero con su peculiar estrategia: imprimir sus propios billetes sin marcar en la Casa de la Moneda. A diferencia de muchos ladrones que roban en cajeros automáticos o gasolineras, ellos usaron una estrategia con marca propia para cometer un robo inédito.
Y esa marca propia es la que han querido dejar dos ladrones en Extremadura, con estilo propio y acometiendo un impresionante robo, pero no imprimiendo billetes, sino atracando una de las mejores bodegas del mundo, y que cuenta con algunas de las botellas más caras que existen en el mercado.
El hotel Atrio, ubicado en Cáceres, fue objeto de un atraco la madrugada del pasado martes, en la cual dos individuos robaron hasta 45 botellas, de las cuales una mayoría tienen un valor superior a 10.000 euros, y una de ellas, con una fecha bicentenaria que supera los 350.000 euros de valor.
Una bodega con gran prestigio internacional
La bodega que ha sufrido el robo cuenta con algunos de los mejores vinos, cuya calidad queda reflejada en el precio, puesto que gran parte de las botellas robadas llegan a tener cinco dígitos en la cifra de su coste. Según cuentan los propietarios, las botellas robadas son marcas de Romanée Conti, de las cuales los ladrones se llevaron 38, y que tienen un valor aproximado de 12.000 euros, mientras que la Montrachet Grand Cru 1999 Magnum, otra de las robadas, cuesta el doble que la primera.
Sin embargo, los dueños están especialmente decepcionados por el robo del Chateau d´Yquem de 1806, una de las botellas de más valor con la que podían contar y que, debido a su calidad, costaba nada más y nada menos que 350.000 euros.
Las autoridades ya investigan el robo y cómo pudo ser perpetrado, que, según han declarado los dueños, habrían sido dos personas, un hombre y una mujer, que se habrían dado con el botín a la fuga después de que los propios dueños "intentaran agradarles", un frecuente trato de amabilidad hacia el cliente en esta reconocida bodega de gran prestigio.