Maltrato animal
La operación contra el maltrato animal se ha saldado con la detención de 13 individuos y el rescate de más de 400 animales.
Perros encerrados en vitrinas, gatos de razas exclusivas y cachorros valorados en miles de euros. Son algunos de los animales rescatados en esta macrorredada contra el maltrato animal. Los agentes los encontraron en condiciones preocupantes, mal vacunados, con bajo peso y con signos de no haber recibido la atención sanitaria correspondiente.
La investigación se inició tras la inspección de un local en Barcelona que comercializaba con animales domésticos. La tienda había recibido muchas quejas e, incluso, la denuncia de que algún animal había muerto o enfermado al poco tiempo de ser adquirido. En ese local, origen de la investigación, se localizaron 33 perros enfermos.
La red de comercio ilegal conectaba Madrid, Barcelona, Andorra y países del este de Europa, lugar de origen de algunos de estos animales. Según los investigadores, los detenidos transportaban esos animales por carretera de forma ilegal "en vehículos con espacio reducido y ventilación deficiente, con trayectos largos, en ocasiones más de 2.000 kilómetros, que sería el equivalente a más de 20 horas de desplazamiento". Además, lo hacían en pésimas condiciones, como "falta de luz, sin empapadores o sin serrín suficiente para absorber las necesidades fisiológicas de estos animales".
La organización tenía varios métodos para adquirir animales: "La importación intracomunitaria desde países de Europa del Este, la cría en centros ilegales administrados por los propios investigados o la compra ilegal por redes sociales". En los centros de cría, la investigación ha detectado graves anomalías, sobre todo en las hembras, "que solo tenían la función de parir en cada período de celo para obtener un rendimiento máximo de crías". Además, también falsificaban las cartillas sanitarias y los pasaportes de viaje de los animales.
Los animales podían venderse entre 500 y 1500 euros, dependiendo de la raza y la edad. A la venta se destinaban todos los animales disponibles, estuvieran sanos, enfermos o incubando enfermedades, por lo que muchos dueños denunciaban que, "al poco tiempo de la venta, el animal manifestase o desarrollara la enfermedad".
En la trama hay implicados: una veterinaria, que firmaba falsos informes y asesoraba a la organización cómo ocultar o manipular registros; y varias clínicas que engañaban a clientes y camuflaban el origen de las enfermedades y patologías de los cachorros adquiridos.
Entre los animales rescatados se ha encontrado un gato serval, cuya venta es muy restringida y cuyo precio en el mercado puede superar los 6000 euros.