Campanas
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de la localidad vallisoletana de Rueda quiere celebrar por todo lo alto el alumbramiento de cada nuevo vecino con el sonido de las campanas.
Es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde el año 2022. El repique de campanas ha marcado del devenir de los pueblos y, a lo largo de los siglos, se ha consolidado como un medio de comunicación comunitario. Su sonido, además de marchar las horas, puede indicar que es hora de ir a misa, que alguien ha fallecido, que es día de fiesta o que una catástrofe ha ocurrido.
Existen hasta 30 formas diferentes de tocar las campanas y, con una de ellas, el Ayuntamiento de la localidad vallisoletana de Rueda quiere celebrar el nacimiento de un nuevo vecino. "En los pueblos estamos más acostumbrados a relacionar ese sonido con las defunciones, pero nosotros queremos que, a partir de ahora ahora, las campanas suenen a vida, a nacimiento", explica Pablo Sánchez Gatón, alcalde de Rueda.
La primera vez que sonaron para celebrar un alumbramiento fue el 5 de septiembre del año pasado y este enero ya han anunciado la llegada al mundo de Vega, la nueva vecina de esta localidad vallisoletana. "Hasta que diseñemos un toque específico para nacimientos, estamos usando el repique de las fiestas, que es muy alegre", señala el regidor. "Suena cuatro veces si es niña y tres si es niño", aclara.
El ayuntamiento de Rueda está investigando si alguna vez existió un sonido concreto para anunciar los nacimientos. "Estamos consultándolo con los más mayores del pueblo. También, queremos saber si existe algún repique específico en otras localidades próximas para adaptarlo y digitalizarlo", reitera Sánchez Gatón, que quiere que su tañer sea el sonido inequívoco de "una buena noticia".
En este pueblo vallisoletano hay censados 1.233 vecinos. En los últimos diez años, la población se ha reducido en más de 250 vecinos. El alcalde confía en que esta nueva forma de "celebrar la vida" suene al menos 10 veces al año.