Playas
Con el paso de los años, la playa de El Pinet de Elche ha ido perdiendo espacio de arena, que ha sido engullida por el agua.
La playa de El Pinet, en la pedanía de La Marina, de Elche, es uno de los ejemplos evidentes de regresión de las playas en la costa mediterránea. Con el paso de los años, este enclave ha ido perdiendo espacio de arena, que ha sido engullida por el agua. La situación es dramática, pues el nivel de subida del mar es tal que en los días de temporal, el agua impacta contra las paredes de los edificios ubicados junto a esta playa.
¿Por qué se ha producido este fenómeno? Son muchos los motivos que lo explican. El cambio climático, que ha generado un aumento del nivel del mar en 2,8 milímetros anuales desde el año 1993, es uno de ellos. Otros factores influyen en la situación. La retirada de arena para llevarla a otras playas o la instalación de zonas portuarias en Santa Pola y Guardamar, los dos municipios colindantes con esta pedanía, serían también motivos, según los propietarios de viviendas cercanas.
La fotografía de esta playa es muy diferente a la que se podía tomar hace cincuenta años. Los críticos aseguran que hace medio siglo había 200 metros de playa en este área.
Los vecinos y los comerciantes llevan años denunciando esta situación, incluso se han arropado bajo una asociación para tener más fuerza. La respuesta de las autoridades, en cambio, ha sido muy ambigua o inexistente en algunos casos. "Quieren que venga el mar y derribe todo esto", denuncia Pilar, una vecina que verana en esta playa desde hace más de treinta años.
"El Ayuntamiento de Elche ha mostrado algún mínimo interés por nosotros, pero insuficiente, y Costas mira para otro lado. Encuentran solución para unos pocos casos y para los otros, ni se molestan", explica Sergio, cuya casa está a pocos metros del agua. Ignacio también está molesto con la respuesta de la Administración, a la que critica su falta de inversión: "Ni pusieron una peseta ni han puesto un euro en solucionar este problema".
En la playa hay más de cincuenta viviendas, tres restaurantes, un hotel y una tienda de souvenirs. A tres kilómetros se encuentra el área urbana de esta pedanía, que tiene cerca de 2500 habitantes.
¿Cuál sería la solución? La mayoría de vecinos coinciden en una posible solución, que si bien no atajaría de raíz el problema, confían en que sí que daría un respiro. Consiste en la colocación de un muro, que estaría ubicado en el interior del mar, en una posición horizontal con respecto a la costa. La implicación por parte de los organismos competentes, aseguran los residentes, sería el primer paso para encontrar un futuro mejor para la playa.