en e instituto de medicina legal
El auto dictado por el juez para procesar a Ana Julia Quezada, la asesina confesa del niño de ocho años Gabriel Cruz, demuestra la extrema frialdad con la que se manejó en aquellos tristes días de marzo, cuando todo el país estaba pendiente de la desaparición del pequeño.
Quezada se exhibió de forma pública y notoria de modo compungido y afligido, y ahora se busca probar que hizo más grave el sufrimiento de los padres, Ángel Cruz y Patricia Ramírez. Por ello, será juzgada por un tribunal popular no sólo por un delito de asesinato, también por dos delitos contra la integridad moral de ambos progenitores y por otros dos delitos de lesiones psíquicas a estos.
Ángel y Patricia se encuentran en el Instituto de Medicina Legal donde serán sometidos a un reconocimiento médico.