Las redes sociales, el trampolín para convertir una simple afición en un negocio rentable

Estíbaliz comenzó a subir a Internet 'selfies' que mostraban su estilo de vestir, un estilo que después de dos años ha convencido a más de 70.000 seguidores, y que sigue creciendo. Incluso muchas marcas se ponen en contacto con ella para que luzca sus diseños.

Alguna vez le paran por la calle para hacerse una foto a su lado y reconoce que le da cierto pudor. Pero como ve que funciona se ha animado a abrir con su madre una tienda en Bilbao.

La historia de Leandro comenzó en el portal de su casa. El éxito se multiplicó cuando abrireron una página en Facebook. Ahora decoran cualquier rincón, y este año incluso les han llamado de un centro comercial.

Remedios por su parte colgaba en su blog los complementos inusuales que ella misma confeccionaba. Tanto gustaron, que se decidió a abrir un pequeño taller en el que vende piezas únicas elaboradas a partir de objetos antiguos, porcelana rota o prótesis. Vende sus llamativos anillos y colgantes, pero sólo se dedica dos oras al día, para ella es sólo un entretenimiento. Aunque cada uno tiene un trabajo completamente distinto, los tres han sabido sacarle partido a un ocio que se ha convertido en un buen negocio.