CERRADA ESTE MARTES

Reabierta la playa de Melilla tras desaparecer los escorpiones

Una excavadora ha retirado las piedras de mayor tamaño, en las que se suelen refugiar los escorpiones, además de que se ha llevado a cabo una "labor más especial de inspección" en las zonas de rocas y arena, ha asegurado el consejero en declaraciones facilitadas por el Gobierno melillense.

La Ciudad Autónoma de Melilla ha reabierto este miércoles la playa que había sido cerrada al público por la aparición de escorpiones, tras comprobar que no hay presencia de ellos después de haber inspeccionado y limpiado tanto la arena como la zona de rocas donde se refugiaban. "Se ha revisado toda la playa" de Horcas Coloradas, ha explicado el consejero de Medio Ambiente de Melilla, Manuel Ángel Quevedo, "por lo que no debe de haber ningún problema".

Una excavadora ha retirado las piedras de mayor tamaño, en las que se suelen refugiar los escorpiones, además de que se ha llevado a cabo una "labor más especial de inspección" en las zonas de rocas y arena, ha asegurado el consejero en declaraciones facilitadas por el Gobierno melillense. Por ello, no se espera que vuelvan a aparecer estos animales, que "no son venenosos en absoluto, aunque su picadura es molesta como puede ser las de avispa u otra especie", ha declarado Quevedo.

La playa fue cerrada este martes tras aparecer bajo una roca tres ejemplares cuando operarios de la ciudad limpiaban la zona, en el extremo donde termina la arena. Se cree que los escorpiones fueron hacia un monte cercano, según ha comentado el consejero, quien ha apuntado que se trata de animales nocturnos que normalmente "no salen de día".

La playa fue desalojada y cerrada por precaución, a la vez que se solicitaron los servicios de una empresa de desinfección que trabaja para la Ciudad Autónoma. La bandera negra que indicaba la prohibición de entrada, tanto al agua como a la arena, ha sido sustituida por la verde, que autoriza el baño libre en esta playa situada entre un acantilado y el mar de Alborán, en el norte de la ciudad.

El escorpión común, amarillo o alacrán, Buthus occitanus de nombre científico, es una especie que suele habitar entre rocas y su picadura es dolorosa aunque no suele ser mortal, pero sí peligrosa para niños, ancianos y personas alérgicas.

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