Desaparecida
El portavoz de la familia Joaquín Amills asegura que el caso es "tremendamente complejo" en cuanto que "hay un divorcio de por medio".
Hace más de un mes que no se sabe nada de Ana María Knezevich, una mujer colombiana con nacionalidad estadounidense de 40 años que desapareció en Madrid. Las últimas pistas que se tienen de ella son dos mensajes enviados por separado a unas amigas íntimas. Les dijo que había conocido a un chico que tiene una casa a dos horas de la ciudad. En ese texto, las avisaba de que se iba con él. Sin embargo, todo es muy sospechoso porque se ha comprobado que los mensajes "no salen del teléfono de Ana María".
Así lo confirma el portavoz de la familia, Joaquín Amills (SOS Desaparecidos). Explica que no los ha escrito ella por "la manera de expresarse" y porque uno de ellos está traducido automáticamente al español.
El pasado 2 de febrero, sobre las 20:30 horas de la tarde, Ana María llama a una amiga para contarle que está cansada y que quiere irse a dormir pronto. Hablan sobre el viaje que tienen a Barcelona previsto para el 5 de febrero. Ella está deseando emprenderlo porque va a conocer a uno de los psiquiatras que más admira.
Ana María Knezevich estaba atravesando un mal momento antes de venir a Madrid. Hace 13 años se casó con David Knezevich, un serbio con el que fundó tres reconocidas empresas de material tecnológico. Pero el pasado verano la relación terminó con un conflicto económico.
Ella pedía quedarse con la mitad del patrimonio de la empresa, mientras que David Knezevich le pedía un 75% de las ganancias que ambos habían conseguido durante los últimos años. "Con su esposo no hubo forma de llegar a ese mutuo acuerdo y por tanto, originó que ella se viniera a España para reestablecerse de lo que significaba el proceso que estaba pasando", apunta Joaquín Amills.
Es en este aspecto donde se encuentra una de las claves del caso. El portavoz de la familia califica de "compleja" la investigación "en cuanto que hay un divorcio de por medio".
Después de que no se tuviese rastro de ella durante el primer fin de semana de su desaparición, la amiga que presentó la denuncia contactó directamente con la familia de Ana María, que reside en Miami. Su hermano, Juan, llegó a llamar dos veces a su marido. En un primer momento, no le cogió el teléfono. Una vez que ya consiguió hablar con él, David le dijo que no sabía nada de ella y que no sabe qué le ha podido pasar. Fuentes cercanas a los familiares de la desaparecida aseguran que rechazó apoyarlos económicamente para desplazarse a España a seguir de cerca la investigación.
Joaquín Amills explica que "en ningún momento" su marido se ha interesado por la desaparición. "Por parte del todavía esposo no ha habido ningún interés de colaboración, ni con la familia, ni con policía", señala.
Además, en los últimos meses David Knezevich ha vendido parte del patrimonio. "Eso deja muy claro las intenciones de este señor", añade el portavoz de la familia. Por eso el FBI está realizando ya sus pesquisas en Serbia -donde podría estar el marido-.
Con todos estos datos que se tienen hasta el momento, los investigadores están convencidos de que no se trata de una desaparición forzosa. Cuando se ha producido un caso así, según cuenta Amills, el final ha sido desgraciadamente "trágico". "Por parte nuestra seguimos difundiendo, colaborando como portavoz con la familia", concluye.
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