Parricidio Elche
El menor irá a un centro de menores hasta que cumpla 18 años. Cuando sea mayor de edad, si le queda pena por cumplir, un juez decidirá si ingresa en prisión.
La juez de guardia de Alicante acordó el internamiento en régimen cerrado en un centro de menores para el adolescente de 15 años que el pasado viernes confesó haber matado a sus padres y a su hermano. Este lunes ha sido el funeral por las víctimas.
El menor ha confesado que contestó a varios mensajes desde el móvil de su madre haciéndose pasar por ella durante los cuatro días en que tuvo los cuerpos escondidos en la vivienda. Los problemas surgieron el pasado diciembre cuando llevó a casa malas notas del instituto donde cursa cuarto de la ESO, el Vicente Verdú de Elche. Entonces, sus padres le advirtieron de que si continuaba con el mal rendimiento, le iban a castigar, pero el joven continuó con una actitud poco activa en los estudios y con quejas del centro escolar hasta que se ha producido el triple parricidio.
¿Qué pena le espera?
No es el primer menor que comete un crimen múltiple en nuestro país. Los menores de 14 años son inimputables. En este caso el asesino confeso tiene 15 años y se le aplica la Ley del menor, no el código penal. Por lo tanto, no va a la cárcel, sino a un centro de menores. Y si durante ese tiempo cumple 18 años no es obligatorio que pase a prisión, depende de la decisión del juez.
Los otros crímenes cometidos por menores que ocurrieron en nuestro país
El 31 de marzo del año 2000, Murcia. Un joven asesinaba a sus padres y a su hermana pequeña de tan solo 9 años con una katana. José Rabadán tenía 16 años cuando cometió el triple crimen, un crimen que conmocionó a España. Según los vecinos era un joven educado, tímido, apenas salía con sus amigos y se pasaba las horas solo jugando frente al ordenador. Su obsesión era un juego conocido como el Final Fantasy donde el protagonista poseía una katana. Rabadán le pidió a sus padres que le compraran una, y ellos accedieron a sus deseos.
Tras los asesinatos de su familia se cambió de ropa y se puso rumbo a Cataluña donde había quedado con una joven que había conocido por Internet. La policía le detenía tres días más tarde. Fue juzgado y condenado por un juez a seis años en un centro de menores y otros dos más en régimen de libertad vigilada. Se le juzgó por la Ley del Menor (Enero 2000), norma que fue aprobada 3 meses antes de ese mismo año. La sentencia estuvo rodeada de polémica, la vista duró tan solo 30 minutos y se presentaron unos informes psiquiátricos donde indicaban que sufría una psicosis epiléptica idiopática. Estas pruebas sirvieron para que le atenuaran la condena.
En el 2008 cuando cumplió 24 años quedó en libertad y no volvió a Murcia. Rabadán se convirtió en pastor evangélico. Se trasladó Cantabria donde se casó y vive con su mujer y su hija.
Tres años más tarde del parricidio de Murcia, se producía un de los sucesos más terribles de nuestro país. En mayo de 2003 Sandra Palo, una chica de 22 años que sufría una pequeña discapacidad fue secuestrada por un grupo de jóvenes que la violó y atropelló en varias ocasiones. Finalmente la quemaron viva. Su cuerpo apareció en una cuneta de la carretera de Toledo (N-401) a la altura de localidad madrileña de Leganés.
Entre los cuatro agresores, había un chico que era menor de edad, Rafael García Fernández, conocido como el Rafita. Cuando fue detenido tenía 14 años. Él también fue juzgado por la Ley del Menor. Se le acusó de un delito de detención ilegal, de agresión sexual y de asesinato.
Cumplió 4 años en un centro de menores, y nada más salir comenzó de nuevo a delinquir.