Sociedad
Los pisos tutelados son espacios que brindan seguridad y apoyo a las personas con discapacidad, permitiéndoles vivir con independencia y confianza.
Nuestra sociedad, diversa y en constante evolución, ofrece opciones de vivienda que se adaptan a las distintas necesidades. Los pisos tutelados surgen como una solución para aquellas personas que requieren un nivel de apoyo o supervisión en su vida diaria, pero que aún valoran su independencia y autonomía.
Estas casas tuteladas reciben el apoyo de un educador o encargado del piso que vela para que todas las personas se sientan cómodas. Aunque estén supervisados por un profesional, tienen mucha libertad y autosuficiencia. Por ejemplo, se reparten las tareas del hogar, hacen la compra, cocinan, usan medios de transporte… A continuación, te explicamos más sobre un piso tutelado, así como los requisitos para acceder a ellos.
Un piso titulado es una vivienda que ofrece un servicio de atención integral a personas mayores autónomas o personas con alguna discapacidad física o psíquica. Tienen un alto nivel de autonomía, pero, aun así, necesitan ayuda o supervisión para poder ser completamente independientes.
Los inquilinos, que suelen ser pacientes que forman parte de programas de atención y rehabilitación social, son atendidos de forma rápida por profesionales como psiquiatras, psicólogos, enfermeros, etc.
Por norma general, la concesión de un piso tutelado está sujeta a:
Tener un grado de discapacidad igual o superior a 33% y poseer un Certificado de Discapacidad que lo acredite.
Tener entre 18 y 50 años (aunque puede depender de las Comunidades Autónomas y ayuntamientos).
Poseer un alto nivel de autonomía personal.
También se puede tener en cuenta la voluntariedad del solicitante y su situación familiar y económica para la concesión de un piso tutelado.
Además de permitir reforzar la independencia y autoconfianza de personas discapacitadas, las casas tuteladas ofrecen más ventajas:
Potencian la integración y participación en la vida social y comunitaria de las personas con discapacidad. Al compartir espacios y recursos con otros, deben implicarse activamente en el cuidado y mantenimiento del hogar en el que conviven.
Ofrecen más libertad para que estas personas puedan tomar decisiones sobre su vida diaria. Tienen que pensar en la gestión de su tiempo, sus actividades, sus relaciones sociales, etc.
Tienen acceso a servicios especializados entre los que se incluyen atención sanitaria, asesoramiento psicológico y uso de ciertos recursos laborales, de formación y de ocio.
Proporcionan tranquilidad. Los pisos tutelados ofrecen un entorno seguro y supervisado, lo que brinda tranquilidad tanto a los residentes como a sus familias. Con la presencia de personal disponible las 24 horas, pueden sentirse seguros sabiendo que hay alguien allí para ayudar en caso de emergencia.
En definitiva, los pisos tutelados son opciones estupendas para las personas con ciertos grados de discapacidad, ya que promueven su libertad y autonomía, pero siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud para que no haya ningún problema en el día a día.