Ataque de perro
Lo esencial ante el ataque de un perro, y más complicado, es tratar de mantener la calma y nunca debes pegar o golpear al perro, porque sólo conseguirás que aumente su agresividad.
No son muchos los que sabrían actuar ante el ataque de un perro. La mandíbula del animal se cierra sobre una de las partes del cuerpo de la persona atacada, llegando a ser muy difícil librarse de él. ¿Qué habría que hacer frente una situación así?
A pesar del nerviosismo y la desesperación del momento, resulta clave tratar de mantener la calma y por supuesto nunca tirar de la víctima. El adiestrador canino Jorge García reconoce que "al generar movimiento se activa el instinto tan arraigado de presa que tienen estos animales". Por ello, señala que lo primero que hay que hacer es "bloquear al perro" y "quitar la tensión del elemento que muerde".
Nunca hay que pegar al perro
En una situación como esta, lo que jamás hay que hacer es pegar o golpear al perro, ya que esto sólo provocará un aumento en la agresividad del animal. Los perros tienden a tener una mandíbula muy fuerte y ser capaces de abrirla es "prácticamente imposible", como reconoce Carlos Álvarez, miembro del Grupo de Trabajo Canino de Euskogal.
Actuar sobre sus fosas nasales con cualquier producto puede ser útil y una buena opción para tratar que el perro abra la boca. Si se puede prever que el ataque es inminente, la principal recomendación es generar movimiento con cualquier objeto que tengamos a mano, un bolso o una chaqueta, por ejemplo, para que cuando el animal se abalance a por ello, podamos desprendernos del objeto y logremos escapar.
El último ataque de un perro
Estas recomendaciones pueden ayudar enormemente, ya que un ataque de perro puede suceder a cualquiera. Si no que se lo digan a Fátima Peláez, ella es la veterinaria que salvó la vida de una niña de tan sólo dos años de un perro que se abalanzó sobre la pequeña, la mordió y la arrastró varios metros por el suelo.
El animal, un American Stafford, catalogado como una zara especialmente peligrosa y violenta, iba sin atar y sin amordazar. Al ver cómo saltaba sobre la niña, Fátima no lo dudó y acudió en su ayuda. Su primera reacción fue golpear al animal con un zapato, pero este respondió y mordió con mayor fuerza a la niña. "Lo que hago es meter la mano y abrir la boca del perro. De esa manera, se libera la niña", ha reconocido la propia Fátima.
La pequeña ya se recupera de las heridas y la familia ha denunciado los hechos, sanciones calificadas de graves.