Playa
Los ahogamientos son la tercera causa de muerte por factor externo más común en España y muchos de ellos se producen por culpa de las corrientes.
Cuando pensamos en el verano, la primera imagen que se nos viene a la cabeza es la playa. El calor del periodo estival nos obliga a tomar medidas y las costas españolas son una solución al sofoco y una manera de descansar del trabajo. Sin embargo, el mar es tan disfrutable como, en ocasiones, peligroso.
En 2020, los ahogamientos fueron la tercera causa de muerte por factor externo más común y, lógicamente, la mayoría de ellos se producen en verano. Por ello, Sanidad ha activado la alerta, animando a la población a tomar toda precaución posible y tener respeto por el mar y sus corrientes de resaca que nos pueden arrastrar.
Sin embargo, las corrientes no son el único peligro al que nos exponemos en la playa, sino que también nos podemos topar con animales marinos o, incluso, rocas que pueden provocar graves lesiones. En 2020, en nuestro país perdieron la vida un total de 406 personas por culpa de lesiones producidas en el medio acuático. Asimismo, otras 461 tuvieron que ser hospitalizadas.
Además del Ministerio de Sanidad, la Guardia Civiltambién ha alzado la voz para concienciar a la población sobre estos peligros y enseñar cómo combatir una corriente de resaca. Estos fenómenos son especialmente peligrosos ya que, además de arrastrar mar adentro, puede llegar a hundir a las personas.
Por ello, el cuerpo de policía da una serie de pasos a seguir en caso de vernos sorprendidos por una de estas corrientes, siendo el primero de ellos mantener la calma y no nadar a contracorriente, ya que lo único que se consigue es agotar las fuerzas.
Lo más efectivo es nadar en paralelo a la orilla. En caso de notar fatiga, es muy recomendable nadar de espaldas e impulsarse únicamente con las piernas para ahorrar energía y no agotarse.
Si no se logra escapar de la corriente, la Guardia Civil señala que hay que tratar de mantenerse a flote pataleando, a la espera de que acudan a ayudarte los socorristas. Si estos no aparecen, hay que gritar y mover los brazos hasta que alguien se de cuenta de la situación.
Por su parte, Sanidadindica que los ahogamientos se suelen producir por despiste mientras se vigila a los menores, por nadar en zonas sin vigilancia o por consumir bebidas alcohólicas o drogas antes o durante el baño. De la misma manera, muchos de estos accidentes están relacionados con algunas enfermedades o condiciones médicas como la epilepsia.
De esta forma, Sanidad ha compartido ocho consejos para cambiar estas conductas y así evitar cualquier riesgo de ahogamiento: