Botellones
Los expertos explican que muchas personas se ven arrastradas por la masa para cometer estos actos. También apuntan a la presencia de bandas organizadas.
El problema de los botellones se da en la mayoría de las ciudades españolas. Este fin de semana, en Cartagena, cuatro jóvenes han sido apuñalados tras una fiesta en la zona universitaria.
En Madrid, la Policía Nacional ha detenido a 55 jóvenes por los robos y disturbios ocurridos la madrugada del domingo en el Parque de Oeste. En estos incidentes, el Samur ha atendido a nueve personas por agresiones y por heridas varias, algunos de ellos por botellazos y ninguno de ellos policía; a otro por herida de arma blanca no grave; a diez por coma etílico (tres menores de edad), y a dos chicas por supuestas agresiones sexuales, ha informado Emergencias Madrid.
Con el fin del confinamiento, se van relajando las restricciones y los jóvenes salen en tromba a las calles. Sumemos una vacunación masiva, cierta sensación de seguridad y el resultado, lo vemos cada fin de semana. Fiestas en la calle, botellones, y aglomeraciones que eso sí, muchas suelen acabar de forma violenta. Es parte dicen los expertos de la psicología inmadura adolescente. También el alcohol y otras sustancias y la masa son el caldo de cultivo ideal para que algunos actúen a sus anchas.
"Les cuesta muchísimo ser conscientes de las consecuencias de sus actos. La masa arrastra, gente que quizá en su día a día son personas completamente respetuosas pueden hacer este tipo de actos", explica María Luisa Ferrerós, psicóloga.
Las soluciones podrían pasar por la apertura de los locales nocturnos para encauzar el ocio, la educación en casa y en la escuela y el cuidado de la salud mental en los jóvenes. Se han triplicado las consultas tras la pandemia del coronavirus.