la noche se desarrolló sin incidentes importantes
A partir de medianoche el kilómetro cero se convirtió en una discoteca "improvisada", al aire libre donde unas 20.000 personas disfrutaron de las campanadas. La Puerta del Sol se convirtió en una pista de baile con música, coreografías en grupo y hasta jotas.
Este año los que se desplazaron hasta allí pudieron disfrutar de unas campanadas dobles. Por primera vez desde la Puerta del Sol el reloj se retrasó una hora para dar la entrada al año a nuestros hermanos canarios.
Pese al gran trajín de personas, esta mañana, ya no había rastro de los 30.500 kilos de residuos, ni de los más de 4.000 vasos de plástico que se utilizaron anoche. Los servicios de limpieza han trabajado sin descanso para dejar la plaza en perfecto estado.