Alcoholismo
Reducir el consumo de alcohol. Es la conclusión de los expertos reunidos en el Congreso Internacional del Hígado. Lo ideal sería no probarlo. Y en caso de hacerlo recomiendan estar al menos tres días seguidos a la semana sin tomarlo. Cada año mueren en Europa más de 287.000 personas por enfermedades hepáticas. Es un incremento del 25% con respecto a 1990. Esa cifra, según los especialistas, seguirá subiendo.
Europa encabeza la mayor tasa de consumo de alcohol del mundo. Un hábito socialmente aceptado que puede acarrear un grave riesgo para la salud y que daña especialmente al hígado. Las enfermedades hepáticas afectan sobre todo a los jóvenes y la franja de mediana edad. Por eso los expertos insisten en moderar su consumo.
La Asociación Europea de Estudio del Hígado pide que se reduzca el consumo de alcohol y quieren que se pongan límites a su promoción y su publicidad. Proponen adoptar medidas similares a las que en su día se aplicaron al tabaco, por ejemplo, con mensajes en las botellas advirtiendo de los riesgos de consumir alcohol en exceso.
Los expertos también apuestan por incrementar los precios para que el acceso se vea más limitado. E insisten en que la clave es beber siempre con moderación: "nunca consumir más de cinco unidades de alcohol de una vez y no más de 10 a la semana [una unidad no se corresponde a una bebida: una copa de vino llena equivale a tres unidades; una cerveza de 333 mililitros (una lata), son 1,5; un chupito de una bebida de alta graduación, una unidad]", explica Aleksander Krag, vicesecretario general de la Asociación.
Las enfermedades hepáticas como cirrosis no suelen detectarse a tiempo. Y cuando dan la cara a veces ya es demasiado tarde, asegura el informe de la EASL y The Lancet.
Para cuidar nuestro hígado no basta con no beber alcohol, o beberlo con moderación. Esa medida tiene que ir acompañada de una alimentación saludable, baja en grasas.
La Organización Mundial de Salud insiste en la prevención. De hecho el 90 por ciento de las enfermedades hepáticas se pueden prevenir. Para eso, aseguran, sería conveniente una detección temprana, con pruebas más sencillas que no necesiten acudir a un especialista y puedan realizarse en centros de salud.