Prisión permanente revisable
Un juzgado estudiará si investigar a la madre de la menor asesinada también por presunto maltrato psicológico a su expareja y padre de la niña de cuatro años.
La Audiencia de Barcelona ha condenado a prisión permanente revisable a la madre tras probarse que asfixió a su hija de cuatro años en Sant Joan Despí, Barcelona, con el fin de hacer daño a su expareja. Se trata de la máxima pena que le podrían haber sido impuesta, considerando el agravante de que la víctima era su hija, así como su confesión posterior.
De esta forma, se consideran probados por unanimidad los hechos que tuvieron lugar el 31 de mayo de 2021. El magistrado también le ha impuesto una orden de alejamiento durante 10 años con respecto al padre de la niña, y los abuelos paternos de la menor, a quienes deberán indemnizar con 250.000 y 75.000 euros respectivamente.
Una vez la sentencia sea firme, un nuevo juzgado valorará si tendrá que investigar a la mujer por presuntamentemaltratar de forma psicológica al padre de la menor asesinada a petición expresa de la fiscalía, al considerar que la motivación del crimen fue "hacerle el mayor daño posible no solo con la muerte, sino en recalcarle que es por venganza y por su culpa".
Cabe recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña contra la sentencia, que da por hecho que la madre "actuó con la intención de acabar con la vida de su hija, o al menos, sabiendo que la muerte sobrevendría como consecuencia natural y altamente probable de su conducta".
La sentencia del jurado valoró por unanimidad que la mujer planificó el crimen de forma "metódica" y con la intención de dañar a su ex pareja y padre de la niña.
La madre intentó volver con su expareja, pero sin éxito, lo que le produjo "enfado, rabia tristeza y frustración", según recoge la sentencia y eso acabó materializando en "en la metódica planificación" del asesinato a su hija de cuatro años con la finalidad de causar el mayor sufrimiento posible al padre. Rivas dio fármacos a la niña la noche de antes, y al percatarse de que su plan fracasó, optó por asfixiarla.
La defensa intentó que, a pesar de haber confesado, quedara exenta de responsabilidad penal, para lo que se sirvió un supuesto trastorno mental que solo avaló un psicólogo de la defensa y a quien contradijeron tres peritos públicos.
El jurado se apoyó para tomar su veredicto en búsquedas que hizo la madre en Internet, y "que hacen referencia al vudú, amarres de amor, brujerías", pero también a buscó la muerte "crímenes mediáticos contra niños cometidos por sus propios padres".
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