Crimen machista
Los hechos probados ahora por los jueces ocurrieron en abril de 2022 en la localidad toledana de Almonacid.
La Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a prisión permanente revisable al hombre que en abril de 2022 violó y asesinó a su mujer en la localidad de Almonacid. Los jueces creen que que está probado cómo la víctima, T.I.T., quería separarse de J.C.R.F. y dejar la vivienda en la que ambos vivían junto a sus tres hijos. El individuo no lo permitió y actuó, tal y como reza la sentencia a la que ha tenido acceso la agencia de noticias 'Euopa Press', en base a "razones de dominación o posesión hacia su mujer".
El crimen machista se remonta al 4 de abril de 2022. La pareja ya se había separado, aunque seguían viviendo juntos en una casa en Mascaraque, en Toledo. El escrito de la Fiscalía recoge que en aquél entonces el agresor se sentía "ofendido y burlado" porque su mujer había tenido una relación sentimental con un compañero de trabajo de ella. Este fue el principal motivo de disputa entre ambos durante los dos años anteriores.
En el juicio, celebrado a comienzos del mes de mayo, el agresor reconoce su culpabilidad en el asesinato de su exmujer. Aquél 4 de abril, sobre las 06:00 horas de la mañana, el procesado llevó a su expareja a trabajar a una estación de servicio ubicada en la Autovía de los Viñedos en Mascaraque. Una hora y media después, la mujer abandonó el sitio con la idea de volver su casa, hacer las maletas y marcharse del domicilio ya que su exmarido estaba también trabajando.
Pero sobre las 8:30 horas de la mañana, J.C.R.F. se entera de que ella no tenía que ir a trabajar, por lo que acudió nuevamente a la cafetería y descubrió que no estaba ya en el lugar. Desquiciado, el hombre llamó repetidamente tanto a T.I.T. como a la persona con la que ella había tenido la relación extraconyugal pensando que podría estar con él. También intentó contactar con el dueño de la explotación ganadera en la que trabajaba para comentarle que ese día se iba a ausentar.
A las 8:50 horas, la víctima ya está en su casa haciendo las maletas. Entró en su dormitorio y colocó su ropa para escapar definitivamente. Diez minutos más tarde, sale de la vivienda sin la maleta y la mochila que solía llevar. Se subió al coche de su exmarido. Es cuando empieza realmente la tragedia que puso fin a su vida.
Siempre citando las mismas fuentes judiciales, el procesado la llevó hasta un sitio de difícil acceso y tránsito. Se encontraban en el camino rural de la Barca en dirección hacia el camino Alto y el camino del Cementerio. Entre las 9:00 y las 10:30 horas, la atacó de forma "súbita y sorpresiva". Luego la estranguló hasta dejarla sin signos vitales. Todo esto mientras abusaba de ella sexualmente.
Posteriormente, J.C.R.F. llevó en el vehículo el cuerpo de ella hacia el paraje conocido como Cerro Grande de Almonacid de Toledo. En una zona llana, de reducida visibilidad, lo colocó boca arriba en el suelo y perpendicular al camino. La idea que tenía era la de simular que la había matado en un accidente al pasar su coche por encima de ella.
Cuando ya había fallecido, decidió apoderarse del teléfono móvil de la víctima. Quería saber qué conversaciones tenía dentro e investigar las llamadas que pudiese haber efectuado. Más tarde, el propio asesino llamó a Ambulancias Finisterre y al servicio de emergencias 112 para comunicarles que había atropellado sin querer a su mujer. Los bomberos y sanitarios llegaron hasta el lugar del suceso y en ese preciso instante, el J.C.R.F. fue detenido. Tres días más tarde, se le ordena la prisión permanente hasta el día del juicio que tuvo lugar en mayo.
Ahora, la Audiencia Provincial de Toledo ha emitido la sentencia sobre el caso. Para el ministerio Fiscal estos hechos son constitutivos de un delito de agresión sexual, asesinato con alevosía y contra la intimidad de revelación de secretos.
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