Coronavirus
Esta mañana, se ha celebrado la primera misa en la catedral de Barcelona desde hace más de dos meses, desde que se decretó el estado de alarma por coronavirus.
Aunque Barcelona, su área metropolitana, está todavía en fase 0 de desescalada , las medidas de alivio aprobadas por el gobierno, permiten la asistencia a cultos religiosos con un aforo limitado.
Por eso, en todas las iglesias, y también en la catedral de Barcelona se han preparado los bancos para guardar el distanciamiento social entre los feligreses, se recomienda además el uso de mascarillas y se han colocado dispensadores de gel hidroalcohólico a la entrada.
La capacidad máxima, en base a un 1/3 del aforo permitido, es de 230 personas.
Santiago Bueno, canónigo de la catedral de Barcelona, es uno de los tres que han oficiado esta primera misa y confiesa que "ha tenido un punto emocionante porque aunque los canónigos hemos mantenido el culto a puerta cerrada es muy importante contar con todos los fieles católicos, es algo que estábamos esperando con mucha ilusión".
Las medidas de seguridad e higiene adoptadas por el coronavirus, cree Santiago Bueno, que serán respetadas por todos los feligreses: "Las medidas son una adaptación a lo que todo el país ha estado acostumbrándose durante estos dos meses. Igual que vas al supermercado y guardas cola y llevas la mascarilla".
Los primeros fieles en acudir a esta primera misa, reconocen que han estado muy "cómodos y tranquilos" con las medidas adoptadas y "contentos de poder asistir a esta primera misa después de estos momentos tan duros".