REDUCE A LA MITAD EL FUNCIONAMIENTO DE UNA ZONA CEREBRAL
La presencia de la madre en el entorno familiar reduce a la mitad y, prácticamente, sitúa al mínimo posible, un comportamiento de riesgo de un hijo adolescente, como puede ser, por ejemplo, una violencia interpersonal, provocar un accidente de tráfico o consumir droga. Así lo ha explicado en una entrevista con el director del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento de la Universidad de Granada, Andrés Catena, quien ha participado en el IX Congreso Internacional de Psicología y Educación, que ha reunido en Logroño a 900 especialistas en esta materia.
En su conferencia sobre comportamientos de riesgo en la adolescencia, Catena ha indicado que la presencia de la madre en el entorno de un hijo adolescente de entre 14 y 19 años reduce a la mitad la actividad del cerebro en una área que procesa la recompensa, que es la que le conduce a adoptar un comportamiento, por impulso, sin pararse a pensar si es el adecuado o no.
Los educadores, que son los que pasan gran parte del tiempo con los adolescentes, ha indicado Catena, son los responsables de potenciar los procesos mentales que contrarrestan la tendencia al riesgo de los adolescentes y de intentar fomentar las fortalezas cognitivas e influir de manera positiva en estas conductas. Según sus datos, los accidentes de tráfico y la violencia interpersonal son, por este orden, las primeras de un comportamiento de riesgo entre los adolescentes entre los 14 y 19 años.
Catena ha informado de que "el factor más importante que explica esta realidad durante ese período es, sin duda, el reforzamiento social", es decir, "la necesidad que tiene el adolescente de ser aceptado o querido, pero no por cualquiera, sino por los iguales a él, que son sus compañeros.
Según Catena, "no es tan importante (para el adolescente) ser aceptado por su familia, porque de la familia es algo que trata uno de quejarse en esa edad, sino por sus iguales", en el ámbito educativo, sus compañeros. "La presencia de los iguales es la que rompe el equilibrio entre los dos sistemas cerebrales que se dedican al control del comportamiento", que son, el sistema de recompensa y el sistema de control cognitivo, ha subrayado este catedrático de Psicología.
Este último sistema es "lo que le dice a uno ahora no es el momento adecuado para hacer eso", ha agregado Catena, quien ha recalcado que la ruptura del equilibrio entre esos dos sistemas es la que produce los comportamientos de riesgo, como saltarse semáforos en rojo, conducir a 160 kilómetros por hora o drogarse para "darse uno una recompensa muy grande". También ha subrayado que "no existe un estudio preciso de la influencia de internet en el comportamiento de riesgo del adolescente".
Sin embargo, ha asegurado que lo que más influye en este tipo de comportamientos es la presencia física de los iguales, el hecho de que el adolescente se sienta observado por otro igual (con el que se relaciona) que esté físicamente a su lado. Ha incidido en la importancia de desarrollar mecanismos de prevención en los ámbitos en los que el adolescente se desenvuelva -educativo, familiar o social- que lo ayuden a reducir estos comportamientos de riesgo y a no romper el equilibrio entre el sistema de recompensa y el de control cognitivo.
En este Congreso, organizado por la Asociación Científica de Psicología y Educación (ACIPE), se han debatido los retos del desarrollo óptimo y las medidas de diagnóstico, prevención e intervención aplicada necesarias para promover el bienestar de la persona en el entorno social. Los asistentes han tratado también aspectos relacionados con las áreas para promover el desarrollo óptimo y el bienestar de la persona y se presentarán avances en la detección del riesgo para el desarrollo a lo largo de la vida.