Caso Juana Canal
Jesús Pradales en su declaración hoy ante el jurado en el Juicio en la Audiencia Provincial de Madrid, ha insistido que la muerte se produjo de manera accidental. Durante toda su declaración se ha mostrado como una víctima de Juana que la ha descrito como muy violenta debido a sus problemas de alcoholismo.
Jesús Pradales, asesino confeso de Juana Canal, ha contestado a todas las partes y ha relatado lo que ocurrió la noche del 22 de febrero de 2003. Que cuando llegó a casa se encontró a Juana bebida, una situación habitual debido a sus problemas de alcoholismo y que ese día empezaron a discutir por la recarga de un móvil. Él ha insistido en que no quería tener problemas y que quería irse de casa pero que Juana llamó a la policía.
Cuando estos llegaron comprobaron que la pelea no iba a más y decidieron irse. Fue entonces cuando según Pradales, ella comenzó a agredirle a propinarle puñetazos y a quemarle el brazo con un cigarro. Fue ahí cuando él la golpeó y en la caída se dio con la mesilla de noche y murió.
La fiscal le ha preguntado que porqué no llamó al 112, y él ha reconocido que tras comprobar que no tenía pulso y que no respiraba, "me puse nervioso, estaba acojonado, entré en pánico, pensé que como había venido la Policía antes me iban a culpar de la muerte de Juana". Por eso decidió arrastrarla hasta la bañera donde la diseccionó con un cuchillo en dos partes.
Decidió meter el cuerpo en dos maletas, pero ha reconocido que no sabía que hacer ni a dónde ir. Pero recordó la finca que tenía en Ávila y decidió trasladar el cadáver hasta allí. En su casa cogió un azadón hizo dos hoyos a unos 5 metros de la carretera y la enterró. Reconoce que el lugar elegido fue al azar, y que no había regresado a esa finca desde entonces. Durante todo su declaración ha insistido en que aún no se puede creer que fuera él el que había hecho eso, porque según Jesús "Juana era la mujer de mi vida".
Cuando regresó a Madrid temiendo que le preguntaran que había pasado con Juana, dejó un nota manuscrita que ha leído ante el jurado. "Hemos discutido, ha llamado la policía, ha tomado un montón de pastillas y se ha quedado como grogui, me ha amenazado con beber y me voy a buscarla". Que acto seguido se fue al hospital con tener un parte de lesiones y días después a la comisaria a poner una denuncia por las agresiones recibidas. Ha reconocido que poco después estuvo a punto de ir y reconocer lo sucedido pero que decidió pasar página y seguir con su vida.
Al final de su declaración ha pedido perdón a la familia de Juana por lo que han pasado estos años. En la sala se encontraba Josefina Canal hermana de Juana, a su salida ha dicho que no cree su versión de los hechos y que agradece que no se haya metido con la personalidad de su hermana y que dijera mentiras sobre ella. Respecto al perdón, su hermana ante los periodistas ha reconocido ¨ya ha pasado mucho castigo, debe darse asco a sí mismo, ya no digo a sus hijos", y ha reconocido que las disculpas le alivian "muy poco, pero algo sí".
El acusado se enfrenta a una petición fiscal de quince años de cárcel por un delito de homicidio, al igual que reclama la familia de la fallecida, que aprecia además una agravante de género. La defensa califica el crimen de homicidio imprudente, delito que habría prescrito a los cinco años.
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