Ciencia
La idea de este estudio es utilizar las notificaciones que nos envía nuestro dispositivo para alertarnos de posibles problemas de salud que podamos sufrir.
Con cada mensaje que nos envía nuestro teléfono obtenemos una información adherida que puede notificarnos y ponernos en alerta de cualquier peligro. Desde un posible fraude en nuestra cuenta bancaria a un mensaje sobre nuestra salud, estas notificaciones nos ayudan a evitar ciertos problemas. Por ese motivo, ahora los smartphones podrían ayudarnos también a prevenir accidentes.
Esta idea parte de un estudio publicado por PLOS Digital Health y en el se afirma que los complejos sensores que cada vez están más presentes en nuestros dispositivos, podrían ahora también medir otras variables que ayuden a evitar riesgos innecesarios. Esto, en principio, podría llegar a predecir con una precisión del 70% algunos riesgos de mortalidad.
Este tipo de sensores se utilizaban ya en algunas aplicaciones que monitorizan nuestro frecuencia cardíaca y otras variables para así poder darnos un resultado más preciso sobre nuestro estado de salud física. Sin embargo, ahora se habla de añadir también otros datos como por ejemplo la velocidad o el tiempo para crear datos más complejos.
A esta innovación se une también la llegada de los sensores pasivos, sistemas de medición que no necesitan estar en contacto con el usuario para poder medir algunas de sus variables. En este sentido, ha realizado un estudio el científico Bruce Schatz de la Universidad de Illinois, pero también el programa Biopbank en Reino Unido con hasta mil voluntarios que monitorizaron durante una semana sus movimientos.
"He pasado más de una década utilizando teléfonos inteligentes baratos para modelos clínicos del estado de salud. Ahora hemos podido comprobar su impacto e importancia en el estudio más grande para predecir la esperanza de vida a escala poblacional. Pero habrá más datos en un futuro cercano para afinar más aún la información obtenida", concluye Schatz.
Así, la investigación ahora se realiza de manera remota con unos dispositivos de medición a los que se está conectado las 24 horas del día o bien en entornos controlados para llevar a cabo estas pruebas. Por ello, la revolución que traen los smartphones en este ámbito es de gran utilidad ya que facilitará en el futuro este tipo de estudios.