ENTREVISTA A LA PORTAVOZ DE LA FAMILIA EN ESPEJO PÚBLICO
Teresa, la portavoz de la familia, ha concedido una entrevista al programa Espejo Público en la que ha reconocido que los padres "están como zombies". Aún no han tenido notificación oficial de la Policía desde las declaraciones que hicieron, y aguardan a conocer cuanto antes cómo marcha la investigación.
En el mes de julio se ha sabido por la madre de la menor, un hombre entró a la casa, y cuando la niña se puso a gritar, el intruso salió corriendo. Era moreno, de 1,60 metros, complexión fuerte y vestía guantes de latex.
Los amigos de la familia, ha revelado Teresa, desconocían dicho suceso, pero sí tenían constancia de un robo que sucedió en la casa de los abuelos maternos de la pequeña.
El día en que Asunta desapareció, ha señalado Teresa, la madre había salido a por unos bañadores y a comprar, ya que al día siguiente se iban a ir los padres y la hija a la playa. La niña no quiso ir a comprar para quedarse a hacer los deberes. "Esa noche iban a cenar juntos los tres", explica la portavoz.
La policía ha sacado ya huellas de la alarma para saber si fue la niña quien la puso y además, conocer a qué hora se puso. La Guardia Civil está analizando el relato de los padres para saber qué hicieron esa tarde, así como las cámaras de seguridad y el posicionamiento de los móviles de los padres y amigos de la familia. Todas las sospechas apuntan al entorno más cercano de la menor.
Reconstrucción de los hechos
Asfixia es esta la causa de la muerte de Asunta Basterra, la niña de 12 años hallada en una cuneta de una pista forestal en Cacheiras, A Coruña.
La autopsia revela que la menor falleció entorno a las 9 de la noche, a penas una hora después de que, según su familia, saliera de casa, y una hora y media antes de que sus padres denunciaran su desaparición.
El cadáver no presenta signos de defensa, tan solo rasguños y golpes, aunque ninguno de ellos tan fuerte como para acabar con su vida. Leves heridas provocadas en el momento en que su agresor, o agresores, trasladaron el cuerpo ya sin vida de la joven.
Ha quedado descartada también la agresión sexual, pero cobran especial importancia para la resolución del caso las pruebas toxicológicas, vitales para descubrir si le suministraron alguna sustancia tóxica o algún sedante que le causara la parada o si le ahogaron con algún elemento que le tapara las vías respiratorias.
Las principales líneas de investigación apuntan al entorno familiar, a raíz de algunas divagaciones y contradicciones que se han detectado en las declaraciones de su círculo más próximo. Por eso, resulta clave reconstruir las últimas horas de la menor.
Entorno a las siete de la tarde la madre de Asunta asegura salir del domicilio familiar para hacer unos recados. Se trata de un edificio en la calle Doctor Teixeiro, en pleno ensanche compostelano.
La niña entonces se queda sola en casa y su pista se pierde sobre las 8 de la tarde, cuando desde su móvil se envía un mensaje avisando de que se va a hacer los deberes a casa de su padre, en la calle General Pardiñas, muy cerca del domilio materno. Un recorrido de apenas 100 metros, bastante transitado, pero por el que de momento nadie ha alertado de que percibiese nada extraño.
No obstante, dos hechos hacen dudar a los investigadores de que la pequeña se fuera por voluntad propia.
Uno es la ropa, tan solo llevaba un chándal de estar por casa. La otra, que no se llevara su teléfono móvil. Pero, ¿en qué momento de este trayecto desaparece Asunta? Algunas cámaras pueden dar con la clave.
La Guardia Civil revisa ya los vídeos de seguridad de los comercios situados en el supuesto recorrido que realiza la menor, entre el domicilio materno y el paterno. Imágenes que podrán desvelar los últimos pasos de la niña, ratificar los horarios de salida y llegada, y descartar si salió o no voluntariamente.
Incógnitas en un intervalo horario de unas cinco horas, hasta que una pareja halla el cadáver de Asunta alrdedor a la una de la madrugada en una pista forestal a pocos kilómetros de Santiago, donde la madre posee otra casa. Un lugar apartado pero frecuentado y a la vista, lo que indica que su agresor quería que encontraran el cuerpo de la niña.
Declaración de la madre
"Lo único extraño que sucedió en mi domicilio, es que a mediados del mes de julio, por descuido, dejé las llaves de mi piso puestas cuando regresé a casa. Sobre las 02.30 de la madrugada, escuché a mi hija dar gritos y me levanté de la cama. Pude comprobar cómo había un varón de aproximadamente 1'60 de estatura, complexión fuerte, vestido con ropa oscura, portando guantes de látex, huyendo por el pasillo, al cual intenté agarrar con resultado infructuoso".
Este raro episodio, relatado por Rosario, la madre de la jóven asesinada, generó la sorpresa de los investigadores. La conocida abogada coruñesa, la última persona en ver con vida a su hija Asunta, relató las horas previas a la muerte de la adolescente.
"Dejé a mi hija en mi domicilio realizando sus tareas escolares y me fui a la calle a realizar unas gestiones. No cerré la puerta con llave.Sobre las 21.30 llegué de nuevo a mi domicilio y ví que la puerta estaba cerrada con llave y la alarma del inmueble conectada. No me extrañó, porque mi exmarido vive muy próximo a mi casa y mi hija suele ir al domicilio de su padre, con el que tenemos muy buena relación".
Según la declaración de Rosario, ésta llama a su exmarido para preguntarle si la niña está con él. Una hora después, a las 10:30 de la noche, interponen la denuncia. Tres horas después encuentran su cuerpo.