Coronavirus
La labor de los sanitarios ante la crisis creada por el coronavirus es de un valor incalculable. De entre todos ellos, los equipos que más vidas han salvado desde que comenzara esta terrible pandemia son los médicos, enfermeras y auxiliares que trabajan en las unidades de cuidados intensivos.
Una enfermera declara que los pacientes críticos con COVID-19 son “muy inestables y dan muchos sustos”. Luchan contra el virus bajo los EPIs, ocultos. Pero los intensivistas hoy nos muestran su rostro y su forma de pensar.
“Tenemos un carácter especial que nos permite ver la luz en cualquier momento”, aseguran. Luz frente a la pandemia más oscura ya que nadie recuerda una crisis sanitaria de esta magnitud. Ellos son los más afectados y sienten la total frustración de no ser capaces de poder atender a todos los enfermos. Palabras de ánimo, miradas que reconfortan y apretones de manos que ayudan y mucho a los pacientes; ellos son los héroes en estos tiempos difíciles.
Reconocen que este virus les ha hecho enfrentarse a sus propios miedos: “han sido meses terroríficos en los que se une ese punto de pánico que todos tenemos a llevarte la enfermedad a casa”. De lo que sí presumen es de que, a pesar de ser la enfermedad más dura, es también la que más vidas salva.
Por ello, todos los días a las ocho de la tarde reciben su particular regalo en forma de aplausos en los balcones que reconocen su tremenda labor.