A PETICIÓN DE LA EMBAJADA DE EEUU
Los Mossos d'Esquadra visitaron al padre del niño muerto en Girona en su domicilio cinco días antes de hallarse el cadáver este martes, a petición de la Embajada de Estados Unidos por una cuestión ajena al caso.
Según fuentes policiales, los agentes no percibieron en la visita del 31 de diciembre ningún tipo de olor ni vieron ningún indicio que hiciera sospechar a los agentes de la presencia del cadáver del niño.
El cadáver apareció el martes después de que la propietaria del piso en el que vivía la familia acudiera a cobrar el alquiler y alertara a la policía catalana al notar un comportamiento extraño del padre.
La investigación de Mossos apunta a que la familia comía y dormía en la misma habitación en la que estaba el cadáver y, según otras fuentes, el padre hacía creer al resto de la familia de que el menor no estaba muerto.
Las primeras hipótesis apuntan a que el niño pudo haber muerto por una enfermedad sin que los padres lo llevasen al médico puesto que no creen en la medicina convencional.
Según los primeros datos de la autopsia que le han practicado al menor, no murió a manos de otra persona.
Forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) han practicado la autopsia del pequeño y, a la espera de tener los resultados de los análisis de todas las muestras, todo apunta que el pequeño no tuvo una muerte violenta, según han dicho fuentes cercanas al caso. Por el momento, y debido también al avanzado estado de descomposición del cuerpo, todavía se desconoce la causa exacta de la muerte.