Sevilla
La Policía atendió a una mujer embarazada en Sevilla por presunta violencia de género. Dio una identidad falsa, y, tras saberse quien era, acabó en el juzgado por tener una citación judicial pendiente.
Aunque parecía que iba a ser el presunto agresor quien terminara en dependencias judiciales, ha sido la mujer que era la presunta víctima quien ha terminado en dependencias judiciales. Para entender este estrambótico suceso, hay que remontarse al momento en que la Policía acudió al domicilio donde vivían ambos, después de que los vecinos dieran la voz de alarma, asegurando que estas situaciones no eran algo excepcional, y que ya ocurría en alguna ocasión.
Cuando los agentes llegaron, fueron recibidos por un hombre, al que preguntaron si había alguien más en el interior de la vivienda. Él lo negó, pero los policías pidieron que les diera permiso para entrar, desconfiando de su palabra. Fue entonces cuando apareció una mujer embarazada, pareja de este individuo, en un estado de nervios, y reconociendo que habían tenido "una disputa de pareja". No obstante, aseguró que no tenía intención de denunciar nada relativo a violencia de género ni a cualquier otro supuesto.
Una identidad falsa
Los agentes, aunque ella se negara, quisieron ayudarla y le pidieron que les acompañara y aportara su identidad. Ella les dio unos datos que, tras comprobarlos, sembraron la duda en los agentes. Estos procedieron a comprobar si los datos eran auténticos, y descubrieron que eran falsos. Acto seguido, procedieron a comprobar su verdadera identidad, y, tras averiguarla y saber que tenía una citación judicial pendiente, se la llevaron a dependencias policiales.
Cuando la llevaron allí, descubrieron que no había asistido a dicha citación judicial, por lo que se la puso a disposición judicial para que se determinaran las responsabilidades penales que debía aplicar la justicia sobre ella por haberse saltado su citación. El caso de la presunta agresión a manos de su pareja ha quedado en el aire, dado que ahora es ella quien está a disposición judicial y fue ella quien se negó desde un primer momento a poner denuncia alguna.