Canarias
Los policías de Canarias denuncian posibles casos de tuberculosis en los migrantes que han desembarcado en las islas.
El sindicato policial Confederación Española de Policía pone el foco en las condiciones en las que se atiende a los migrantes llegados a Canarias: sin seguridad, aglomerados en el suelo y sin medidas higiénico-sanitarias que garanticen su salud.
Son los encargados de custodiar a los migrantes en las primeras horas tras su llegada a las islas y desde hace dos meses están sobresaturados de trabajo por el repunte en la llegada de pateras desde África a Canarias. Los policías nacionales dicen basta y exigen medidas urgentes para garantizar la seguridad y salud de los migrantes y de los propios agentes.
La CEP pide medidas ante el riesgo de contagio tras detectarse a migrantes que podrían estar enfermos de tuberculosis. Según asevera el secretario provincial de la CEP, José Luis Gallardo, “hay compañeros que les han alertado de que hay migrantes que están aislados en el centro de El Hierro donde los albergan hasta que son trasladados a la isla de Tenerife. Tenemos constancia además de que a algunos de ellos los han trasladado en barco aislados del resto porque presentan síntomas de alguna enfermedad contagiosa”.
Pasan varios días a bordo de una embarcación pequeña, con mucha humedad, pasando mucho frío y mucho calor. Proceden de lugares donde tampoco tienen atención sanitaria adecuada y cuando llegan a Canarias son atendidos en lugares que tampoco reúnen las condiciones. Es lo que denuncian los agentes de policía que relatan cómo tienen que ubicarlos en un sótano que hasta hace unos días era el aparcamiento de sus coches patrulla. “Allí durmieron al raso, sobre el asfalto los primeros días hasta que Cruz Roja trajo unos catres y unas mantas y pudieron dormir un poco más cómodos pero igualmente apelotonados y sin garantías de salud ni de seguridad, ni para ellos ni para nosotros”.
En esos garajes de la comisaría de la Policía Nacional del Sur de Tenerife pasan hasta 72 horas, en calidad de detenidos, hasta que se les deriva a algunos de los Centros de Internamiento que hay en la isla donde ya están en régimen de libertad. Con la llegada masiva, de hasta 1.000 personas en menos de 24 horas durante este mes de octubre, las instalaciones del CATE, Centro de Atención Temporal de Extranjeros de la comisaría, también se han quedado pequeñas y se han visto obligados a habilitar los sótanos para ubicarlos.
Denuncian que ni el CATE, el Centro de Atención Temporal de Extranjeros, un edificio prefabricado construido en 2008 en la anterior crisis migratoria, y mucho menos estos garajes cumplen con los requisitos mínimos que les exige la ley para atender a ningún detenido. “Jurídicamente es una extensión de los calabozos y según la normativa de seguridad 4/2018 que regula las áreas de detención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, estos lugares no cumplen con las condiciones de aforo, ventilación, extinción de incendios, evacuación, videovigilancia y mucho menos de salud y seguridad ni para ellos ni para los agentes”.
Por eso exigen más recursos ya que consideran que se está atendiendo está gran demanda con recursos provinciales e incluso locales cuando se trata de un problema de índole nacional por lo que piden que se implique a personal de otras comisarías y otros departamentos con el fin de evitar la sobrecarga de trabajo de los agentes que se ven obligados a realizar jornadas de hasta 14 horas, doblando turnos y sin descansar para poder hacer frente a la situación.