Palencia
El pasado sábado, el pintor realista español Antonio Capel fijó su atención en uno de los edificios más emblemáticos de Palencia, situado junto al convento Agustinas Canónigas, en la Calle Mayor. La sorpresa fue mayúscula cuando se dio cuenta del aspecto de una de las figuras ubicadas en la fachada. El relieve no gustó al pintor y lo hizo saber a través de sus redes. Para el artista la obra es una "picia", que data de hace más de diez años, según ha notificado el Ayuntamiento de la ciudad.
El Ecce Homo palentino, como ya se le conoce en la ciudad, surgió tras la restauración del edificio. Durante la remodelación, la parte de la cabeza de una de las figuras se desprendió y fue sustituida por la actual, que hasta hace pocos días había pasado totalmente desapercibida para los viandantes, puesto que se encuentra situada en la parte alta de la edificación.
Ahora los vecinos, movidos por la curiosidad, se han acercado hasta el lugar para observar la creación y las opiniones han sido muy dispares. Para algunos es un auténtica "guarrada" pero para otros supone la mejor "manera de que se conozca Palencia, la bella desconocida" e incluso no dudan en invitar al resto a visitarla, eso sí, cuando la situación por la pandemia del coronavirus lo permita.