Sacerdotes
Recibían las sustancias desde distintos países de la Unión Europea y la distribuían por varios puntos de la geografía española mediante envíos por paquetería.
La Guardia Civil ha dado a conocer los detalles de la Operación Botafumerio, que ha terminado con la detención de un cura y su pareja en Don Benito por tráfico de drogas. El juez decretó prisión provisional para el hombre que vivía con el sacerdote, pero a él lo dejó en libertad provisional con cargos. Están acusados de un delito contra la salud pública.
Las pesquisas policiales establecen que los detenidos recibían de distintos países de la Unión Europea sustancias con efectos anfetamínicos y estimulantes. "Hablamos de mefedrona, una droga recreativa de diseño", explica Elena Álvarez, periodista de Antena 3 Noticias en la Delegación de Andalucía. Es una sustancia con efectos similares a los de la metanfetamina o MDMA.
La clientela, según informan los agentes, era cada vez más "abultada". Mediante un envío por paquetería procedían a su posterior distribución y venta. La "fraccionaban en pequeñas cantidades a terceros" por distintos puntos de la geografía española.
Sin embargo, la mayor parte de los consumidores que la adquirían acudían al domicilio del sacerdote para comprarla. El cura pacense conseguía así lucrarse de la transacción. Llegó a facturar, como mínimo, 3.370 euros obtenidos de la venta de la droga. Esta cantidad ha sido requisada en la vivienda donde se ha hecho la investigación.
Todo empezó cuando el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas de la Guardia Civil de Badajoz detectó actividades sospechosas por parte de los dos vecinos dombenitenses.
Con el apoyo de una veintena de miembros de la Unidad de Seguridad Ciudadana, se llevó a cabo el registro dentro del domicilio. Se intervinieron 2.100 gramos de mefedrona, una sustancia ilegal dentro del todo el territorio de la UE.
"El vecindario de la parroquia sospechaba que él estaba llevando a cabo actividades ilegales debido al continuo trasiego de personas que estaban acudiendo a su vivienda continuamente a comprar esas sustancias", cuenta Elena Álvarez.
Tanto la Diócesis de Plasencia -a la que pertenece la zona de Don Benito- como el vecindario de la localidad pacense, "están sorprendidos" por el escándalo que supone el caso.
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