Justicia
El preso había pedido quedar en libertad antes de que mañana se le practique la eutanasia que solicitó. La jueza se lo ha denegado al apreciar riesgo de fuga.
El pistolero de Tarragona no quedará en libertad antes de que mañana se le practique la eutanasia. Así lo ha decidido hoy la jueza del caso, que ha desestimado la petición de la defensa de Eugen Sabau. Había solicitado quedar en libertad antes de recibir la eutanasia que él mismo había pedido para despedirse de sus familiares, aunque finalmente no ha sido posible.
El preso, según la jueza, ha explicado en el auto que saldría del Hospital Penitenciario de Tarrasa para ser ingresado en un hospital ordinario sin vigilancia policial, algo que "no alteraría en demasía" su actual situación. Esa ausencia de vigilancia podría suponer un riesgo real de fuga de este hombre, que sufre una lesión medular irreversible. No obstante, aunque la defensa y la Fiscalía entienden que han desaparecido los fines perseguidos con la prisión preventiva, la magistrada asegura que, pese a su situación, "cualquier tercero, familiar o amigo, podría acceder fácilmente al mismo y facilitarle la huida".
Mañana, pese a los recursos presentados por las víctimas que han sido rechazados por el Tribunal Constitucional, está programada su eutanasia en el Consorcio Sanitario de Terrassa, en Barcelona. Desde el pasado 17 de diciembre, lleva en prisión preventiva por herir con un arma de fuego a varios compañeros de trabajo en la oficina. Aseguraba que los responsables de la oficina le habían robado y lo habían sometido a acoso laboral por racismo. Tras atacarlos, huyó e hirió a un agente de los Mossos d'Esquadra en un control.
Ahora, 9 meses después, la Justicia le ha denegado su petición. "No puede obviarse que el previsible futuro que puede esperarle es cuanto menos sombrío, pues está sometido a un proceso de eutanasia para el que ya hay fijada fecha el próximo 23 de agosto de 2022 o, en caso de renunciar al mismo, le espera un proceso judicial donde se le van a solicitar penas que, solo por los delitos de homicidio en grado de tentativa, pudieran elevarse a varios años de prisión; ello permite presumir la concurrencia de un riesgo de fuga muy elevado", subraya la juez, quien destaca que puede recibir visitas de sus familiares y allegados pese a su ingreso en un hospital penitenciario.