SU TAREA NO ES NADA SENCILLA
Enfrentarse al fuego desde el cielo no es fácil. Para volar, los pilotos deben entrenar primero en un simulador que recrea las circunstancias reales en las que vuelan estos helicópteros, como el humo y la falta de visibilidad.
La descarga de agua es fundamental y se practica una y otra vez. Los aparatos llevan colgada una bolsa a la que llaman 'bambi', que pueden cargar una tonelada de agua.
Ésta está enganchada a unos cables de acero de unos cinco metros, y con ella deben sortear los cables de alta tensión en medio de un ambiente de humo y altísimas temperaturas. Si la bolsa se enganchase, el piloto podría sufrir un grave accidente.
También deben aprender a esquivar a otros compañeros que vuelan cerca. Para evitar choques ensayan todo tipo de maniobras.
Los pilotos deben además aprender a aterrizar sin un solo motor en funcionamiento, porque si se quema un motor, deben poder remontar en un barranco ardiendo.
Todas estas simulaciones las ponen luego en práctica real.