Oleada de robos
Los vecinos de la localidad canaria de Vecindario alertan de una oleada de robos en los últimos días. Los ladrones, con una nueva técnica, sustraen el combustible de, al menos, 6 coches que se encuentran en la vía pública: con un taladro, perforan el depósito de gasolina y colocan una garrafa debajo que recoge todo el líquido inflamable que gotea.
Un mecánico afectado, a través de la plataforma 'Social Drive', ha sido quien ha mostrado las imágenes que corroboran la versión de los afectados. Tenía en su taller un coche averiado, al que debía arreglar, cuando se percató que habían realizado un "perfecto" agujero en el depósito. Asegura, además, que para intentar dejar el menor rastro posible, los autores de esta sustracción taponaron el depósito agujereado, ya vacío, con un tornillo de dimensiones similares.
La Guardia Civil de Vecindario ha confirmado que son varias las denuncias presentadas; mientras que los vecinos de la zona reclaman más seguridad. "Todo el mundo no tiene un garaje", asegura una ciudadana, ya que estos casos se han producido en la vía pública.
Hasta ahora, la forma más conocida de sustraer el carburante era con una bomba de extracción, una manguera y una garrafa: de esta manera, aunque roban el contenido del depósito, no dañan al mismo. Sin embargo, con este 'modus operandi' con el que han actuado los ladrones de Gran Canaria, los costes del arreglo pueden superar, según algunos mecánicos, los 700 euros. Estos, además, advierten de la peligrosidad de los hechos.
Oleada de robos en Huelva
Hace una semana, la Guardia Civil identificaba a tres personas relacionadas con la sustracción del combustible de 12 camiones de varios polígonos industriales de la provincia de Huelva, como es el caso del ubicado en Valverde del Camino. En esta ocasión, los ladrones usaban el mismo 'modus operandi' que en Gran Canaria: con un taladro perforaban los depósitos hasta dejarlos completamente vacíos.
Fuentes de la investigación, que comenzó a principios de abril de este año, aseguran que todo el combustible sustraído era posteriormente vendido a un precio inferior al establecido en las gasolineras.