PEDRO GINÉS EXPLICA CÓMO LO CONSIGUIÓ
Pedro Ginés, que empezó con siete años a jugar al ajedrez en una extraescolar, ha ganado hasta cinco veces el Campeonato de España en diferentes categorías. Con esta trayectoria, este estudiante de 3º de ESO se presentó al campeonato mundial con una posición alejada del podium. Iba con el número 25, aunque reconoce que estaba por delante de esa cifra. "Me esperaba quedar entre los diez primeros, pero no hacer podium", comenta. Finalmente lo consiguió. "Durante la competición me preparaba con Néstor Fernández, un entrenador de la federación y creo que me ayudó bastante", detalla.
Fuera de la competición su entrenamiento diario consiste en hacer ejercicios de cálculo y estrategias, pero no con el tablero delante. "Se puede entrenar de muchas maneras, yo sobre todo hago cálculo porque creo que es lo más importante y también la apertura que es memorizar las jugadas de principio", precisa.
Ginés llega a visualizar en su cabeza hasta siete posibles jugadas. "A veces más o menos, pero tienes que intentar ver más que el rival siempre", recalca. Así lo hizo en el torneo mundial, donde jugó once partidas, de las que ganó ocho, empató dos y perdió una: la penúltima contra un jugador indio.
La última partida contra Alexander Krastev se prolongó durante cinco horas y media, y no ha estado exenta de polémica. El presidente de la Unión Europea de Ajedrez, el georgiano Zurab Azmaiparashvili, acusó al alemán de dejarse ganar, algo que para Ginés es una afirmación "grave" que no tiene sentido.
Ahora, con el título de campeón del mundo en casa, su reto es prepararse para el siguiente campeonato que, por su edad, será ya el sub-16, y continuar dedicándose a esto. Tiene un referente, Carlsen. "Pero no por nada especial, sino porque es muy superior".
Sabe que el ajedrez es lo que más le gusta, aunque desconoce si le sirve para otras facetas de su vida. Quizá para hacer amigos, todos los que, según asegura, ha conocido gracias a esta disciplina, tanto en los torneos como en el club donde está federado. "En el instituto se me resisten las asignaturas que son de mucha teoría, como la Historia o la Física y Química", afirma este joven que con solo 16 meses hacía puzzles de 100 piezas, como recuerda su padre, también aficionado al ajedrez.