TRAS LA MUERTE DE UNA TURISTA POR UN DESPRENDIMIENTO
Carteles y vallas advierten en La Playa de las Catedrales de la nueva medida que recoge multas de hasta 6.000 euros a quien pasee por los acantilados. Se pretende evitar accidentes pero también conservar la naturaleza ya que los expertos insisten en que se trata de una zona especialmente sensible y de gran valor.
El problema de la Playa de las Catedrales es que cuando sube la marea toda la zona de arena queda cubierta por agua haciendo imposible el paseo, así que los visitantes aprovechan para pasear por los acantilados con el peligro que ello supone.
Hasta ahora estas zonas sensibles han sido pisoteadas casi a diario por miles de personas, se degradaba la flora, aparecían filtraciones de agua y esto provocaba desprendimientos. Es la medida más contundente tras el fallecimiento de una turista.
La nueva señalización todavía causa muchas dudas entre los visitantes y aumenta el trabajo entre los agentes que de momento se están limitando a informar.