EN VALENCIA
Hace unos dos meses, la madre que acabó con la vida de sus hijos de tres y cinco años en la localidad valenciana de Godella confesó los hechos poco después del crimen asegurando que fue Dios quien le ordenó matar a los niños.
"He matado a mis hijos, me lo ha pedido Dios. Era la única forma de salvar sus almas y salvarme yo misma. Me da mucha pena la muerte de los pequeños pero es que habían perdido su alma, no eran mis hijos. Es la voluntad de Dios y yo estoy tranquila.
Al mayor le mandé a la escuela en septiembre y me di cuenta de que le habían robado el alma, estaba más violento, más agresivo, se enfrentaba a mí. A pesar de su edad era capaz de controlar mi voluntad, se colaba en mi cerebro y dominaba mi pensamiento.
En cuanto a mi hija, es una tristeza pero nada más nacer le robaron el alma. La que tenía al morir no es la misma que cuando nació".
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