Pancartas, cacerolas y gritos, así luchan a diario propietarios y vecinos de una casa okupada en El Rompido, Huelva

Casi a diario salen nuevos casos de edificios, casas o pisos que son okupados a lo largo de nuestro país, y la amenaza junto con la preocupación sobre la okupación aumenta durante los meses de verano.

Sin embargo, la Justicia no ha cogido velocidad en la lucha contra este problema social, lo que hace lleguen pensamientos y sentimientos de desesperación e injusticia a las personas o familias afectadas.

Ante esta lentitud, son la mayoría de afectados quienes cogen las riendas e intentan de alguna manera recuperar su domicilio, y para ello buscan diferentes medidas para incomodarlos a todas horas y de manera diaria. Este ha sido el caso de una familia en la localidad de El Rompido, en Huelva.

El chalet a pie de playa del que se han adueñado una familia de okupas es también un hervidero de gritos y malestar. Y todo debido a los propietarios y vecinos del pueblo que protestan y les piden que se vayan.

Estas concentraciones se llevan a cabo desde hace una semana y los dueños de la propiedad se manifiestan día y noche contra los okupas, además de recibir el apoyo de muchos habitantes del lugar. Con cacerolas, pancartas y paciencia, se presentan enfrente a la casa e intentan cumplir su objetivo. Los propietarios se sienten indignados, ya que además de okuparles su casa, tienen que pagar las facturas de consumo de estos usuarios alcanzando los1.300 euros.

Los propietarios también aseguran que la familia que se encuentra en el interior de la casa no tiene contrato de arrendamiento en vigor desde junio y los okupas insisten en que ellos pagaron al contado y renovaron hasta el mes de diciembre. Lo cierto es que tal y como nos comunican desde la inmobiliaria, y por parte de los propietarios, no han visto aún ni un solo euro.

El verano, la estación favorita de los okupas

Durante la época de verano las familias se van de vacaciones y hay muchas más casas que se quedan solas. De hecho, los okupas durante la estación suelen moverse hacia zonas de costa y por eso en distintos puntos de costa en España como Murcia, Cataluña o la Comunidad Valenciana están viviendo muchos casos.