LOS CICLISTAS TEMEN POR SU SEGURIDAD
Son muchas las personas que aprovechan el fin de semana para disfrutar con amigos del ciclismo. Una afición saludable que algunos practican en pistas forestales públicas. Sin embargo, desde hace varios meses, los ciclistas han tenido que extremar la precaución por culpa de una serie de trampas que aparecen a lo largo del sendero.
Estas trampas son palos con puntas, patatas con clavos semienterradas en la pista, cables a la altura del cuello o pastores electréicos que cortan caminos y que cogen a los ciclistas completamente desprevenidos y a una velocidad media de 60 kilómetros por hora.
Hace siete meses, un ciclista sufrió una grave lesión modular con la bicicleta, por culpa de una trampa, y no es un hecho aislado. Nadie sabe quién puede estar detrás de estos actos vandálicos.
Los ciclistas ya lo han denunciado a las autoridades e, impotentes, piden que cesen estas terribles prácticas. Desean evitar más accidentes, y que el monte vuelva a ser para el disfrute y responsabilidad de todos.