Valencia
Una pareja pide la colaboración ciudadana para encontrar la urna con las cenizas de su primogénita que fue robada el pasado 1 de mayo cuando entraron unos ladrones a su casa.
José Manuel y Natalia, una pareja de Castellón, piden la colaboración ciudadana tras sufrir un robo. Lo material no son joyas ni dinero, sino algo con muchísimo más valor para ellos. Las cenizas de su bebé.
El robo se produjo el pasado miércoles 1 de mayo al mediodía. Alguien entró en la vivienda y se llevó las cenizas que guardaban en una urna en la caja fuerte de la casa. María, como así se iba a llamar la primogénita de la pareja, falleció nueve días antes de que Natalia diese a luz por cesárea. Tras lo ocurrido guardaron las cenizas como oro en paño, ya que era lo único que tendrían de ella.
Los asaltantes entraron a la fuerza rompiendo la cerradura y accedieron a la casa sin que ningún vecino se percatara de lo que estaba pasando. Además de las cenizas, también se llevaron gran cantidad de objetos de valor. Un valor que para la pareja no se asemeja al de la pérdida de las cenizas de la pequeña María.
La pareja denunció los hechos en la comisaría y la Policía ya se encuentra investigando lo ocurrido para identificar y localizar a los ladrones.
En una llamada de desesperación por recuperar las cenizas de su bebé, la pareja ha hecho un llamamiento a la población para que compartan los hechos y así, los autores del robo, para que tras el remordimiento, devuelvan la preciada urna.
La madre ha afirmado que "está destrozada" y el padre "no tiene muchas esperanzas de que pueda ser localizada", según han informado fuentes de la investigación. Esta negativa del padre a que la urna sea devuelta podría deberse a que los ladrones se deshicieran de ella al comprobar lo que se encontraba en su interior.
Un silencio silente acompaña el descanso de una decena de urnas en un tanatorio de Sagunto (Valencia). "Algunas llevan años" sentencia una voz. Fernando Alcón Pineda, actual presidente de Asociación Española de Profesionales de los Servicios Funerarios (AESPROF), asegura que muchas familias dejan a su suerte los restos de los difuntos: "Llamamos para recordarlo, pero no vienen a por ellas".
Ahí están, junto al horno de cremación, envueltas en fundas, sin cumplir con su última voluntad. Almacenes o cajones son otros de los lugares donde reposan. "No podemos deshacernos de ellas, no es ético", añade Alcón. Miles de tanatorios intentan custodiarlas con el máximo respeto, pero denuncian que no existe un protocolo para estos casos: "Aquí en Valencia, tenemos una pirámide donde se depositan las urnas pero el resto de ayuntamientos suele tener problemas, existe un vacío legal".
Desencuentros familiares, cuestiones económicas o la soledad del fallecido son algunas de las razones por las que nadie asume la responsabilidad de los restos. Motivos reducidos a cenizas para la mayoría: “Me parece horrible, no lo puedo entender”, “no es manera de descansar en paz”, responden en la calle quienes se enteran de lo que está ocurriendo.
Mientras tanto, una batalla moral se discute en el seno de miles de tanatorios: Qué hacer o no, con alrededor 100.000 urnas, tal y como cifra Recordarium.
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