SE REFUERZA LA TESIS DE QUE LA DROGABAN

Los padres de Asunta recaen en sus contradicciones durante el juicio

Es una semana decisiva en el juicio contra los padres de Asunta Basterra, los únicos imputados por su muerte. Hasta ahora, han sido más las pruebas y testimonios que les incriminan. La profesora de violín de la niña ha asegurado que le reveló que su madre le daba "polvos blancos", y las farmacéuticas han contado que su padre era quien los compraba.

El jurado ha podido escuchar la versión de la madre de Asunta, Rosario Porto, sobre la cuerda con la que la maniataron. Esa cuerda es una de las pruebas esenciales en el juicio, como lo es también la cámara de seguridad de una gasolinera o el Orfidal que supuestamente le administraron a la niña. Este miércoles, además, la profesora de violín ha recordado que la pequeña le comentó que su madre le daba "polvos blancos", y las farmacéuticas han revelado que su padre, Alfonso Basterra, era quien los compraba y su médico de cabecera ha dicho que no se lo había recetado.

De momento, Rosario Porto no ha sido capaz de explicar que hacia una cuerda naranja en una papalera de su casa de campo de Teo, donde se situa la escena del crimen. Es la misma cuerda que apareció junto al cadaver de Asunta. La guardia civil que encontro la cuerda cuando la acompañó a la finca asegura que tampoco entonces supo explicarlo. En la papelera había, además, una mascarilla y un pañuelo húmedo en el que se encontraron restos de ADN de la madre y de la hija.

Rosario también aparece en varias cámaras de seguridad en el interior del Mercedes verde con la niña. Viajan hacia la finca. Eran las 18:24 horas. Ella habia declarado que ese dia no estuvo allí.

Y total desconcierto ha generado el estado de salud de Asunta. Su entorno dice que era bueno pero sus profesoras hablaban de cómo acudía mareada a clase. Su madre ha decelarado que padecía rinitis alérgica, por lo que le daban antihístamínicos. Rosario tomaba Orfidal, lo mismo que apareció en la pequeña.

El padre de Asunta tampoco se queda al margen de las sospechas, sobre todo de los agentes que participaron en la investigación del crimen. Los agentes creen que Alfonso Basterra mintió, y que pudo haber borrado 547.000 ficheros de su ordenador horas después de morir su hija. Apareció misteriosamente en el tercer registro de su vivenda, tres meses después.

También se relaciona la compra del fármaco Orfidal con los primeros casos de mareos de Asunta. Él negó habérselo dado de forma tajante. Por su parte, las profesoras de Asunta dicen que el padre no le daba importancia a la salud de su hija.

Además, Basterra ha afirmado que la tarde que mataron a Asunta él no salio de casa. Sin embargo, una testigo, amiga de Asunta, se cruzó con él y con su hija esa misma tarde.

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