Okupación
Su amiga de la infancia la dejó en la calle y lleva meses viviendo en una furgoneta.
Hace tres años Yvonne le prestó una casa a una amiga de la infancia. Lo hizo de forma totalmente gratuita porque su amiga estaba pasando un mal momento y además ella iba a viajar a Baleares por lo que la vivienda se quedaba vacía.
"Me entero que una amiga se queda en la calle porque la van a desahuciar y le ofrezco esta casa. En tres años nunca le he pedido ni un duro. Fue un acto de buena voluntad", confiesa.
Hace más de ocho meses que Yvonne regresó de las islas porque se quedó sin empleo. Sin embargo, cuando fue a recuperar su hogar su amiga le dijo que no pensaba marcharse de allí. "Sus palabras textuales fueron 'ahora no me va bien, ya te avisaré'. Le dije que me parecía muy vergonzoso lo que me estaba haciendo", cuenta.
Ahora, se ve obligada a vivir en los escasos cuatro metros cuadrados de una furgoneta situada en frente de la que era su domicilio. "No me abren la puerta y cuando salen o entran lo hacen como los famosos, escondidos", asegura.
En pie de guerra por una casa
Yvonne confiesa que siente "mucha impotencia" porque no puede entrar a su casa. "Intenté entrar por lo que se me ha acusado de allanamiento de morada de mi propia vivienda. Algunas personas se han ofrecido para ayudarme a emprender acciones legales porque en el contrato de alquiler que hicimos para que no tuviera problema hay una cláusula que pone que si yo necesito la casa en dos meses tiene que irse. Ni se ha cumplido eso ni tampoco el hecho de pagar alquiler o fianza", explica.