UTILIZAN TECNOLOGÍA
Los narcotraficantes controlan desde tierra el desalijo de droga al estar comunicados por teléfono móvil o por onda corta. Un ejercito de jóvenes vigilan todos los movimientos de las patrulleras de la Guardia Civil y dónde están los agentes en tierra.
Cuando una narcolancha cargada llega a tierra, más de 50 personas colaboran para que el alijo no sea interceptado. Esto complica la labor policial, tal y como explica José Antonio Belizo, de la asociación española de la Guardia Civil, que asegura que "tienen controlado desde las autovías hasta los lugares de acceso a la ciudad".
Con palabras claves se indican el lugar en donde no hay vigilancia. "Dani, un momento. Que hemos cogido por el camino una beta o algo así en medio de la bahía", es una de las grabaciones de onda corta captada. Y en otras ocasiones se ordena a los pilotos de las narcolanchas que cambien el rumbo: "A ver ¡motos! tira para atrás la moto, tira para atrás, moto".