EN MADRID
Los vecinos del madrileño barrio de Simancas, donde se ubica este narcopiso, se quejan del continuo trasiego de gente que entra y sale del edificio en cualquier momento del día "a las cuatro, a las cinco, a las seis de la mañana".
Algunos de los consumidores entran y salen a los pocos minutos. Otros, en cambio, se quedan bastante tiempo dentro. "Suponemos que consumen dentro", dicen los vecinos. Aseguran que así no pueden vivir tranquilos y están a la espera de una solución.
Nadie responde cuando intentamos hablar con quienes viven en la narcoportería.