TEMIÓ QUE ATACARA A SU NIETO
Todo comenzó cuando, un hombre de raza gitana paseaba con su nieto pequeño por el barrio de Valdegastea, en Logroño. Vió a la perra y le dijo al dueño que le pusiese el bozal. Éste se negó, argumentando que la perra, preñada, ya iba atada y que él ya llevaba el bozal en la mano.
El hombre fue a su casa, cogió una escopeta y mató al animal de un tiro en la cabeza.
La sentencia condena al hombre que disparó a pagar 72 euros de multa y 400 de indemnización.
En el juicio rápido hubo acuerdo entre las partes, El dueño ya había sido denunciado por situaciones similares. Al agresor se le ha decomisado la escopeta y es posible que se le retire el permiso de armas por disparar en la vía pública.