LÉRIDA | YACIMIENTO DE COLL DE NARGÓ
Según ha explicado el fiscal jefe de Lleida, Juan Boné, la fiscalía modificó su acusación de un delito de hurto, del que le acusó inicialmente, a una falta de coacciones al considerar que no había ánimo de lucro, sino que solo concurría el ánimo de coaccionar o vejar a la Generalitat.
Y es que el acusado consideraba que las excavaciones que se realizaban en su finca, donde fue hallado el yacimiento, se estaban llevando a cabo sin compensarle adecuadamente. Posteriormente, el acusado se arrepintió del robo y devolvió el fósil, para lo cual hizo una llamada anónima a los Mossos alertando de que la pieza se encontraba abandonada en una carretera próxima al Mirador del Cretáceo de Coll de Nargó.
Debido a que el Ministerio Fiscal era la única acusación personada y a que el acusado se conformó con la pena de 15 días de multa a 6 euros por día (90 euros en total), el juez dictó sentencia sin escuchar a los investigadores del centro, que estaban citados a declarar y que habían elaborado un informe para el Servicio de Arqueología y Paleontología de la Generalitat sobre los daños que había sufrido la pieza. La pieza robada es el esqueleto de un pequeño vertebrado fosilizado de hace 65 millones de años en cuya extracción estaban trabajando los investigadores en el momento en que fue sustraída.