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Coronavirus e infracciones

Multa de 60.000 euros por pedir a la Guardia Civil "tomar la última"

Los agentes sancionaron a un bar de Guitiriz, en Lugo, y a sus clientes por un total de 27 infracciones. El motivo, el saltarse las restricciones que conlleva el estado de alarma por pandemia de coronavirus y varias normas autonómicas que se suman a la situación de contención del Covid-19, como es el cierre perimetral. Esta es la larga lista de infracciones.

El comportamiento era reincidente. Ya habían sido multados el pasado mes de enero, lo que desconocía la Guardia Civil, cuando el sábado se acercó de nuevo a un conocido local de Guitiriz (Lugo), es que esta vez iban a interponer casi 30 infracciones en el interior del establecimiento. En total, sanciones que alcanzan los 60.000 euros para el responsable del local y los clientes que estaban dentro incumpliendo una larga lista de normas.

La inspección de este bar se produjo porque en esta localidad lucense se mantiene el cierre perimetral, están prohibidas las reuniones de más de cuatro personas no convivientes y no se permite la apertura del interior de los locales hosteleros. Con estas normas en la mano, comenzaron a repartir sanciones.

Una larga lista de infracciones

Tanto los responsables del local, como los clientes, se saltaban casi todas las normas impuestas por el estado de alarma en vigor y también por las restricciones autonómicas.

  • Dentro había un cliente consumiendo en la barra, también prohibido, “charlando animadamente con la camarera”. Sanción.
  • Otros cinco clientes bebían cerca de esa misma barra. Sanción.
  • En la terraza de la parte trasera del establecimiento comprobaron que había dos mesas ocupadas, nada más y nada menos que, por 16 personas no convivientes. No solo eso, todas ellas sin mascarilla y sin mantener la distancia de seguridad. Sanción.
  • Identificaron a otras cinco personas que vulneraron el cierre perimetral y que venían de ayuntamientos, incluso, de otras provincias. Sanción.
  • Y un joven de 19 años, de nacionalidad dominicana, que se encontraba en situación irregular en el país. La última sanción.

Tras todo ello, identificar a los clientes, proponer para sanción a todos ellos y al gerente del local, llegó el chascarrillo de la jornada. Eran ya las seis de la tarde, hora tope para cerrar los locales hosteleros en Galicia, y varios jóvenes que ya habían sido denunciado, preguntaron a la Guardia Civil si podían “tomar otra, la última”. Los agentes, asombrados, no sancionaron de nuevo a estos clientes que, inevitablemente, tuvieron que abandonar el bar sin tomar la última copa porque esa, como versa el dicho popular, siempre es la penúltima.

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