EL PARTO FUE EN BILBAO Y LA NIÑA FUE TRASLADADA A BARCELONA
Hace unos días, Pilar Monclús, que vive en Barcelona recibió una llamada. Era Benedicta García, de 73 años. para decirle desde Logroño que ella era su madre biológica. Pilar se puso muy nerviosa y sus amigas tuvieron que prepararle varias tilas.
Con 28 años Benedicta parió a una niña en la maternidad de Bilbao y la dejó con 20 días al cuidado de las monjas. Le explicaron que podía dejar allí a su hija, siempre que fuera a visitarla periódicamente. Como Benedicta trabajaba en el servicio doméstivo iba a ver a su niña los jueves y los domingos. Un jueves cuando volvió a verla, Pilar ya no estaba. Benedicta puso una denuncia que nunca dió frutos.
Ahora juntas han descubierto que al día siguiente del parto, en la partida de bautismo de Pilar ya figuraban los apellidos de sus padres adoptivos y que el bebé fue inscrito en el registro de expósitos para su adopción. En varias adopciones de la familia de Pilar invervino una conocida de sus padres adoptivos.
Pilar cuenta que esa conocida era una funcionaria de la Diputación de Bilbao que se ocupaba de todos los trámites. También asegura que un familiar le contó que muy probablemente sus padres adoptivos habrían pagado por su adopción. No obstante, Pilar aclara que sus padres adoptivos "también fueron víctimas, tanto como mi madre biológica".
Hace un año Benedicta contrató un detective. Quería encontrar a su hija antes de morir. Ahora 46 años más tarde Pilar ya lleva en el cuello la medalla que Benedicta quiso regalarle el mismo día que desapareció.