En Iowa
Christinta Jennings, de 31 años, nació con una atresia tricúspide, un defecto congénito del corazón que impide que la sangre fluya correctamente desde el corazón al resto del cuerpo, según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Los primeros meses de su vida los pasó en el Centro Médico de La Universidad Loma Linda de California, donde fue atendida en la unidad de cuidados intensivos pediátricos por un enfermero llamado Rob.
La madre de Jennings, Beth Gilbreath, nunca olvidó cómo Rob cuidó de ella y su hija, especialmente el día en el que Jennings sufrío un paro cardiaco con solo cinco meses de edad.
"No me separaba de mi hija", cuenta Gilbreath a ABC News. "Un día, Rob me dijo, 'Vete a la cafetería. Ella está estable. Tómate un descanso'".
"Así que eso hice, me fui 15 minutos aproximadamente. Al volver, él me dijo que no podía entrar. Mi hija había sufrido una parada cardiaca".
Jennings se recuperó del paro cardíaco y continuó desafiando las expectativas de los médicos, sobreponiéndose a cuatro cirugías a corazón abierto y viviendo por encima de la esperanza de vida que sus médicos habían pronosticado.
Sus padres le hablaron de aquel enfermero, Rob, que ayudó a salvar su vida, y fue un apoyo para su madre.
"Mi madre siempre dice que fue una señal de Dios, que emocionalmente no hubiese sabido cómo superar el verme entrar en parada cardíaca", recuerda Jennings. "Fue una bendición que Rob estuviese allí y me convenciese para tomar un descanso".
Gilbreath no tiene palabras para expresar su gratitud hacia Rob, "Está en todas mis oraciones. No solo por lo sucedido aquel día, sino por su forma de ser, por cómo cuidó de nosotras".
Jennings, que se mudó de California a Iowa con su familia a la edad de cinco años, publicó en Facebook una foto en la que pedía ayuda para encontrar a Rob.
48 horas después de publicar la foto, la mujer del enfermero Rob Newbold, se puso en contacto con Jennings y Gilbreath.
"Algunos amigos me dijeron que había 'alguien que me estaba buscando'", cuenta Newbold, que vive en Redlands, California. "Mi mujer me enseñó la foto y así es como empezó todo".
Newbold, de 73 años, se jubiló hace siete años, después de 30 años como enfermero.
"Me hizo sentir bien que alguien se acordase de mí", dice el enfermero, y prosigue, "trabajé en la UCI de pediatría del Loma Linda casi toda mi carrera, vi a muchos niños enfermos".
Newbold, Jennings y Gilbreath se pusieron en contacto a través de Facebook, intercambiaron mensajes y llamadas de teléfono durante varios meses. Finalmente, cuando Newbold iba a hacer una visita a su hermano en Chicago, decidió alguilar un coche e ir a Dubuque, Iowa, donde viven Gilbreath y Jennings.
"Desde el momento en el que nos conocimos fue como estar en familia", relata Newbold. "Me trataron muy bien...estaba un poco abrumado".
Newbold estuvo dos días con Jennings y su familia, formada por su marido y su hija recién nacida. Tuvieron a Elleora, su hija, por gestación subrogada en el mes de mayo, ya que la afección cardíaca la impide tener hijos.
Jennings presentó su hija a Newbold, "fue como cerrar el círculo". "Mientras sostenía en brazos a Elleora decía, 'probablemente tenías la misma edad cuando yo te daba de comer y ahora estoy dando de comer a tu hija'".