Homicidios
El padre del menor es el principal sospechoso del asesinato. De confirmarse, este año habrían muerto en España seis menores a manos de sus progenitores
Si se confirma que Martín Ezequiel Álvarez Giaccio es el autor del asesinato de su propio hijo, el bebé de dos años que el martes fue hallado muerto en un hotel de Barcelona, en 2021 habrán perdido la vida a manos de sus padres o madres seis menores en España. Las cámaras del local captaron cómo el hombre salta el muro del hotel y huye, horas antes de que la policía encontrase el cadáver del pequeño.
A la espera de que se confirme el último homicidio como violencia vicaria (el hombre estaba en trámites de divorcio con su expareja y madre del niño), cinco de esos asesinatos han estado motivados por intención del asesino o asesina de infligir todo el daño posible a sus exparejas. El caso más mediático fue, sin duda, el de las pequeñas Anna y Olivia, cuya desaparición ocupó las portadas de todos los medios durante varias semanas.
Las peores sospechas se confirmaron cuando el cadáver de Olivia fue hallado en el fondo del mar dentro de una bolsa de deporte que estaba atada a un ancla. Aunque los cuerpos del padre, Tomás Gimeno, y de la otra pequeña, Anna, nunca se encontraron se da por seguro que el hombre mató a sus dos hijas en alta mar, arrojó los cadáveres al agua y después se suicidó.
Por esa misma época, el 31 de mayo, Cristina Rivas asfixió a su hija Yaiza de cuatro años con una bolsa en la cabeza. Sucedió en Sant Joan Despí (Barcelona). La mujer confesó que lo hizo para vengarse de su ex pareja tras haber puesto punto y final a la relación. Meses antes, el 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer) Fausto asesinó a tiros en El Molar (Madrid) a su mujer, Mari Cruz, y a su hija de 11 años, Isabel. Después se suicidó.
Por último, el 18 de mayo, Alí mató a su mujer Warda y a su hijo Mohamed en Sa Pobla (Mallorca). Los asfixió y luego se entregó a la policía. Mohamed tenía 7 años.
¿Qué es la violencia vicaria?
La violencia vicaria, en el ámbito de la violencia de género, está ya definida por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. Es la conducta que hace un uso de "los hijos o hijas como instrumentos para hacer daño a la madre o la pareja".
Lo más normal en estos casos es que el autor de ese crimen acabe suicidándose. Es lo que ocurre la mayoría de veces. Es una reacción que solo esconde un alto grado de cobardía, apuntan los expertos, pues el asesino evita, al quitarse la vida, pagar la factura moral (ante su entorno más cercano) y judicial acarreada por esos hechos.